lunes, 13 de octubre de 2008

Inyecciones

POR VIOLETA YANGÜELA



Dice el historiador inglés Nail Fergusson que en 1901 el mundo era un mundo de imperios y el problema eran sus debilidades y no sus fortalezas. Esas debilidades produjeron la desaparición de los imperios austro-húngaro, otomano, ingles, francés y de los zares de la Rusia imperial.
En el continente europeo la desaparición de sus imperios regionales se transforma en los nuevos paradigmas que definen el pasado siglo. Primero la revolución de Lenin en Rusia y luego la Alemania de Hítler, ambos con la intención de convertirse en ejes de dominación regional y global. Mientras tanto, surge el súper poder de USA con el liderazgo de desarrollo político, científico, económico, tecnológico, militar y cultural.
A la desaparición del nacional socialismo de Hitler, las Repúblicas Socialistas Soviéticas se convierten en otro eje del poder global dando lugar a un mundo dividido por fronteras físicas y fronteras conceptuales. El totalitarismo por el lado ruso y el sistema democrático con el libre comercio por el otro. En l989 se desmorona el poder soviético, Estados Unidos se convierte en único poder global. Es lo que se ha llamado la transición de un mundo bi-polar a un mundo uni-polar.
Con la globalización, aparecen otros jugadores en la cancha global y el espacio que ocupa Estados Unidos comienza a disminuir. Desde 1990 Rusia dependía de la ayuda y de los préstamos de los estadounidenses. Hoy su presupuesto anual reporta un superávit de miles de millones de dólares. Las reservas internacionales de China son utilizadas para financiar la deuda norteamericana. Samuel Huntington explica ese nuevo escenario global como “un poder uni-multipolar”. Es aún el poder de Estados Unidos (mantiene un 20 % de la producción mundial) con los nuevos jugadores.
En medio de la campaña electoral estadounidense, irrumpe la crisis financiera a la que Peter Mcguire, ejecutivo de una firma australiana de inversión, define como “una casa que ha sido azotada por termitas”.
Con estas termitas en la casa económica mundial, el gobierno del “uni” comienza a inyectar a las termitas con el intento de eliminarlas. Le siguen los gobiernos de los “multipolar”. Un día las inyecciones son inglesas, otro día españolas, al siguiente son japonesas, los rusos no quieren quedarse atrás y los chinos mucho menos. Las inyecciones son la solución para que las termitas no terminen comiéndose la casa.
El ganador de las elecciones estadounidenses encontrará el escenario de la casa con nuevos actores dispuestos a participar en el proceso de la globalidad que Estados Unidos ha patrocinado y empujado a través del comercio, la política, y la tecnología. Ya tienen las inyecciones y la disposición a utilizarlas. Es el nuevo rol que deberá afrontar el próximo inquilino de la Casa ¿Blanca?
El decir que “cuando el Imperio estornuda al resto le da una gripe” se convirtió en frase popular. Esta vez no son estornudos, ¡son termitas!
Por casualidad, ¿no es con insecticida que se eliminan las termitas?
v.yanguela@codetel.net.do