Violeta
Yangüela
Activistas
de los derechos de gays y lesbianas de todo el mundo se han manifestado contra
el gobierno de Vladimir Putin. Los
Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi han sido el escenario propicio para la
protesta global.
La
campaña mundial con concentraciones en 19 ciudades ha tenido el objetivo de que
las grandes empresas que patrocinan los Juegos se pronuncien públicamente en
contra de las leyes de la homosexualidad en Rusia.
Esas
leyes, promulgadas el pasado año,
penalizan la propaganda homosexual entre menores y la prohibición de adopciones a las
parejas del mismo sexo.
Una
carta abierta firmada por más de 200 escritores e intelectuales de todo el
mundo y publicada por un diario
británico pide al gobierno ruso derogar esas leyes.
En
la reunión del Comité Olímpico Internacional
(COI) el secretario general de Naciones Unidos (ONU) Ban Ki-Moon dice
que “todos debemos alzar nuestras voces contra los ataques a gays, lesbianas, bisexuales
y transexuales”. Es la primera vez que el secretario general de la ONU
interviene en una asamblea del COI.
Google
cambia su logo con los colores del
arcoíris en apoyo a la comunidad homosexual.
La
declaración del patinador y abanderado español, Javier Fernández, que “pidió a
los homosexuales que se corten un poco para no tener problemas con las
autoridades rusas” ha ocupado al presidente del Observatorio contra la Homofobia en Cataluña y exige al Comité Olímpico
Internacional que desautorice esa declaración porque “avalan la homofobia y atentan el espíritu y
contenido de la carta olímpica”. Agrega
que tiene que pedir disculpas por “fomentar el odio y la discriminación”.
Mientras,
Vladimir Putin aclara que no existe prohibición de las relaciones homosexuales
sino sobre la propaganda homosexual.
Sin
ninguna duda que el colectivo de gays,
lesbianas, bisexuales y transexuales ha logrado una excelente campaña de apoyo a
favor de sus integrantes. Sus discursos, protestas y concentraciones han
llenado las páginas de los periódicos
globales.
Parecería
que el colectivo feminista global requiere de la asesoría de esas
organizaciones para adquirir la maestría del manejo mediático y el apoyo de los
líderes políticos, intelectuales y
empresas globales.
Las
protestas contra las leyes en el mundo islámico contra la mujer, habría que
también agregar contra las leyes de la homosexualidad, no cuentan con tan
esplendoroso apoyo.
No
hay protestas frente a las mezquitas.
No
hay pronunciamientos de escritores e intelectuales.
No
hay declaraciones de los líderes globales para pedir la derogación de las leyes en contra de los derechos de las
mujeres del Islam.
¿Es
que de verdad esas leyes son divinas?
v.yanguela@codetel.net.do