lunes, 1 de diciembre de 2008

EL ANTIDOTO
Violeta Yangüela
En los países que una vez le llamaron periféricos y que ahora le llaman en desarrollo, emergentes o fallidos, el discurso anti-globalizador tiene diferentes colores, lenguaje, territorios y tendencias. El argumento siempre ha sido y sigue siendo que las ventajas siempre son de los hegemónicos, o sea de los ricos.
En palabras muy conocidas es que cuando el imperio estornuda, al resto le da una gripe. En la actualidad, el Imperio tiene gripe y el resto parece que sufre una pulmonía.
Pero en este mundo globalizado, a veces, los emergentes, pobres, subdesarrollados o fallidos, exportan a los desarrollados y ricos sus enfermedades políticas al trasportar un virus con sintomatologías electorales.
En noviembre del 2000, se armó un jaleo en el estado de Florida por la votación presidencial de los Estados Unidos. A unos se le ocurrió que la votación no había sido la que se contó y que el candidato ganador era el que había perdido. Jueces, funcionarios, abogados empezaron a contar y a contar. Se olvidaron de las máquinas y contaran y contaron y volvieron a contar, para asegurar que uno más uno son dos.
Después de dos meses de dimes y diretes, el estado de Florida y sus autoridades declararon al ganador que le proporcionó los votos electorales necesarios para ganar la presidencia del Imperio. Aún así, un grupo de medios de comunicación encabezados por el New York Times decidió realizar un recuento independiente de los votos. Otra vez contaron y contaron y volvieron a contar. El resultado de 537 votos de diferencia entre el ganador y el perdedor permitió a George Bush asumir la presidencia.
Ahora en Francia el jaleo es entre dos mujeres. El Partido Socialista francés celebra las elecciones para elegir el puesto de secretario (en este caso será secretaria) del partido. Las aspirantes y contendientes (que no se dice contendientas) al puesto, son dos mujeres. Segolene Royal, la candidata perdedora en las últimas elecciones presidenciales y Martine Aubry, actual Alcalde de la ciudad de Lille. Al parecer Aubry ha ganado por 42 votos.
Y comenzó la pelea. Los seguidores de la Royal denuncian irregularidades, falsedades y utilización de documentos falsos en algunos de los distritos ganados por la Aubry, y los seguidores de la Aubry denuncian lo mismos en los distritos ganados por la Royal.
La perdedora reclama una nueva votación, respaldada por sus seguidores, que aún lo dirige Francois Hollande que resulta ser el padre de los hijos de la Royal. ¡qué lío!
También amenaza con llevar la disputa a los tribunales.
Parecería que esos señores no se han enterado que además del virus, Dominicana tiene también el antídoto para sanar la epidemia. Solo necesitan juntar al Rector de alguna Universidad, algún embajador, si son los gringos y de la Unión Europea mejor. ¿Tendrán los franceses una Junta Central Electoral?
¡Franceses y mujeres! Parecería augurar que aún con una solución refinada y perfumada, el partido podría dividirse entre los unos y los otros.