OTRA
MIRADA
Violeta
Yangüela
Un
video de una joven de 16 años violada en Brasil por 30 hombres y colocado en la red de lo que
llaman “las redes sociales” se ha convertido en noticia global. Dice la
joven violada “no duele el útero, duele el alma”.
Mientras,
en Arabia Saudita un hombre le dispara a un médico con el argumento que no tenía
derecho a asistir en el parto de su mujer, haberla visto desnuda y que debería haber
sido una doctora.
En
Irán, 35 estudiantes han sido condenadas a 99 latigazos cada uno por haber
celebrado una fiesta mixta de fin de curso.
Los jóvenes no estaban relacionados entre ellos y ¡¡estaban bailando!!
Dice
un clérigo iraní, “espero que le sirva de lección para quienes intenten violar
las normas islámicas en sus domicilios”.
Israel
ya tiene su primera reina de belleza transexual que participara en el concurso
Trans Star Internacional a celebrarse el próximo septiembre en Barcelona. La reina transexual israelita es
árabe-israelí y católica.
En
Estados Unidos el derecho de los transexuales al uso de los baños por su
“identidad sexual” provoca una batalla legal en la que Texas y otros 10 estados
han demandado ante la justicia al gobierno de Barack Obama por sus medidas
contra la discriminación de las personas transexuales.
Una
circular enviada en mayo pasado por la administración de Obama a todo el
sistema público de educación en la que se especifica que el acceso a los baños
debe hacerse según el sexo con el que el alumno se identifica y no por el sexo
de nacimiento bajo la amenaza de perder fondos federales o incluso enfrentar
demandas gubernamentales es el origen de las demandas.
En
Bélgica una empleada ha sido despedida de su trabajo por intentar acudir a su
trabajo con el velo islámico. La empresa argumenta que está prohibido para
todos los empleados llevar símbolos religiosos, políticos y ¡¡filosóficos!!
Dice
la abogada general de la Unión Europea, Julianne Kokott “que las empresas en
Europa pueden prohibir a sus empleadas que lleven velo porque ese símbolo
vulnera la neutralidad religiosa y considera que no hubo discriminación directa
hacia la empleada porque la empresa donde trabajaba lo prohíbe”.
Dice
el cineasta Paul Schrader que vivimos en
la cultura de las posreglas: “cada vez hay menos opción para
diferenciar la reflexión de la ocurrencia, las ideas de los sentimientos, lo
cierto de lo turbio”.
Parecería
ser verdad.
v.yanguela@codetel.net.do