Violeta Yangüela
El Estado colombiano tiene en alquiler un
territorio de 48 mil kilómetros a las Fuerzas Armadas Revolucionaras de
Colombia (FARC). Se supone que la FARC, fundada en 1964, tiene el objetivo de
“acabar con las desigualdades sociales, políticas, económicas, la intervención
militar y capitales norteamericanos en
Colombia mediante el establecimiento de un Estado marxista-leninista y
bolivariano”.
Para lograr su objetivo, sus acciones se
fundamentan en la guerra de guerrilla, en asesinatos de civiles, miembros del
gobierno y militares, el secuestro con fines de chantaje, la destrucción de
infraestructuras urbanas, la utilización de carros bombas, los cilindros bombas,
minas antipersonales y toda clase de instrumento que sirva para colocar
bombas, como carretillas, animales, bicicletas y lo que se les pueda ocurrir.
Su sistema “fiscal” consiste en el impuesto
revolucionario a los ingresos provenientes del tráfico de drogas que con sus
ganancias por el rescate de los secuestrados mantiene una fuerza militar calculada de 15 mil efectivos. El impuesto al “gramaje” debe ser pagado por cada gramo que producen
los cocaleros y por el narcotráfico.
El año 2007 se anunció un canje humanitario que
terminó con el espectáculo mundial de
helicópteros, aviones,
presidentes, ex presidente, cineasta, discursos y cobertura mundial para
recibir a tres secuestrados de la FARC. Dos mujeres y un niño, el niño Emmanuel
nacido en cautiverio. Ese niño que no tenían para entregar y que intentaron
recuperar convirtió en fracaso ese canje
humanitario.
En la actualidad el gobierno colombiano, una
vez más, intenta lograr un acuerdo de paz con la FARC. Las negociaciones se han realizado en la Cuba de los Castro
El presidente
colombiano Juan Manuel Santos y el líder del grupo rebelde de las FARC
Timochenko han firmado en La Habana el acuerdo de paz acompañados por el
secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
El acuerdo
será sometido a un referéndum
a la población colombiana, que será la encargada de refrendar el acuerdo
del cese el bilateral y definitivo en Colombia.
Entre los puntos del acuerdo se destaca la
entrega de todas las armas del grupo rebelde a la ONU en un período máximo de 180 días.
El
presidente Santos dice que “esto significa, ni más
ni menos, el fin de las FARC como grupo armado. No solamente se acordó el fin de las
confrontaciones, sino que también se definió un cronograma preciso para que las
FARC dejen las armas para siempre”.
En el
acto de la firma participaron el presidente de Cuba, Raúl Castro y el
presidente venezolano Nicolás Maduro.
Pero como
dicen los dominicanos, “nunca falta un pelo en el sancocho” y un frente de las
FARC ha anunciado su negativa a entregar las armas y desmovilizarse.
Dicen en
su declaración que “hemos decidido no desmovilizarnos. Continuaremos la lucha por la toma del poder
por el pueblo y para el pueblo, independientemente de la decisión que tomen el
resto de integrantes de la organización guerrillera”.
Parecería
que Colombia tendrá que realizar otro proceso de paz con un nuevo frente
“dizque” guerrillero.
v.yanguela@codetel.net.do