lunes, 28 de septiembre de 2015

IDEAS Y PERSONAS

Violeta Yangüela
Dice Yanis Varoufakis, ex ministro de Finanzas griego, que el propósito de las elecciones griegas es  “legalizar la capitulación que siguió a la aceptación del humillante, irracional e insostenible tercer rescate”.  Alexis Tsipras ha ganado las elecciones.
En realidad no se sabe quién ha sido el ganador. ¿Tsipras o la Troika?
En enero de este año Alexis gana las elecciones con un discurso de “esperanza y dignidad”. En esa oportunidad decía: “Habéis vencido el miedo y recuperado la esperanza. Nuestra victoria  es una victoria de todos los pueblos de Europa que luchan contra la austeridad. Nuestra prioridad es devolver la dignidad perdida a Grecia. El nuevo ejecutivo está listo para trabajar y negociar con nuestros acreedores una razonable solución al círculo vicioso de la deuda”.
Y comenzó la negociación con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional que exigían a Grecia cumplir con los requisitos estipulados para suscribir un tercer rescate. Para empezar había que cambiarle el nombre a la Troika y sustituirlo por “las instituciones”. 
Asunto de lenguaje políticamente correcto.
Tras meses de negociaciones y antes de que expirase la prorroga otorgada por las “instituciones”  para negociar un nuevo rescate, Alexis convoca una consulta para que el pueblo griego decida si acepta o no las condiciones  para el nuevo rescate.  Le llamaron la fiesta de la democracia.  Alexis pide el NO a los griegos.  Triunfa el NO y triunfa Alexis. No al plan de recortes, no a la subida de impuestos, no a las privatizaciones, no a la reducción de las pensiones, no al alargamiento de la edad de jubilación.
Sin embargo, Alexis firma un acuerdo con la misma Troika con una  rendición absoluta ante los acreedores después de que él y los griegos habían rechazado las condiciones exigidas. El acuerdo provocó la salida de 40 diputados de Alexis, la pérdida de la mayoría parlamentaria y la renuncia del   ex ministro de Economía Yanis Varoufakis, que había sido el protagonista de las negociaciones con “las instituciones”.
Luego de recibir el primer desembolso del tercer rescate acordado, Tsipras también renuncia  y convoca a elecciones anticipadas y dice que “buscará el voto de los ciudadanos para continuar el programa de su gobierno”.
¿Cual programa? ¿El de la Troika o el programa anti Troika?
Se celebran las elecciones,  Alexis encuentra los votos que buscaba y una vez más  se alza  con la victoria.
Parecería que el Papa Francisco tiene razón.  Hay que servir a las personas y no a las ideas. Y definitivamente con el triunfo de estas elecciones y su carrera por el poder, los griegos han servido a Alexis.
¿El candidato de las ideas de la Troika?
v.yanguela@codetel.net.do



lunes, 21 de septiembre de 2015

¿SEMEJANZA?

 Violeta Yangüela
Para algunos el Califato Islámico no es el Islam.  Para otros, es la puesta en práctica de los principios más estrictos del Corán.
Dice Barack Hussein Obama que “las masacres, las decapitaciones, el secuestro, la esclavización del Estado Islámico carecen de la menor relación con el Islam”. Afirma el  presidente estadounidense que “el Estado Islámico  es una organización terrorista, pura y  simplemente.  Estos terroristas son únicos en su brutalidad, masacran a todos los que se   interpongan en su camino, esclavizan, violan, obligan a las mujeres a contraer matrimonio y amenazan masacrar a una minoría religiosa”. Agrega el mandatario estadounidense que “ninguna religión tolera la matanza a inocentes”.
Dice el primer ministro inglés David Cameron, en consonancia con Obama, que “son monstruos, no musulmanes por lo que el Estado Islámico, no es islámico”.   Agrega Cameron que “debemos estar claros en esto, la raíz de la causa de la amenaza que  enfrentamos es la ideología radical”.  
O sea, una cosa es el Califato y su ideología y otra cosa es el Islam y su religión.
Dice el Papa Francisco que  “un grupo extremista y fundamentalista, es decir, el Estado Islámico,  intenta justificar su violencia en nombre del Islam. La violencia que busca una justificación religiosa merece la más enérgica condena”. 


Hussein bin Mahmud, clérigo del Estado Islámico, dice que   "quienes pervierten el Islam no son aquellos que cortan la cabeza de los herejes y los aterrorizan, sino aquellos que quieren que el Islam sea como Mandela o Gandhi, sin muertes, ni lucha, ni sangre, ni cuellos cercenados. El Islam es la religión de la lucha, de las decapitaciones, del derramamiento de sangre".
Loa delitos y los castigos en los territorios del Califato que se consideran contrarios a ley de Dios tienen su origen en la tradición del profeta Mahoma.
Relata Ibn Ishaq (The life of Muhammad)  el consentimiento de Mahoma en el año 627 para la decapitación de los miembros de la tribu judía  Banu Qurayza después de su rendición. Dice el Corán; “Cuando encontréis a los infieles en el campo de batalla, cortad sus cabezas hasta derrotarles”. “Yo estoy con vosotros. Reafirmad a aquellos que crean. Yo infundiré miedo en el corazón de quienes no creen. Cortadles el cuello y cortadles cada uno de los dedos. Hacedlo porque ellos se oponen a Dios y a Su mensajero. Dios es severo en su castigo”.
La blasfemia, el asesinato, y la práctica de la homosexualidad están castigados con la muerte.  El adulterio se castiga con la lapidación y el asesinato con robo con la crucifixión El consumo del alcohol con la pena de la flagelación, es decir latigazos.
¿Cuál es la diferencia del Estado Islámico con los países islámicos del entorno?
La blasfemia, el asesinato y la práctica homosexual están castigados con la muerte en Arabia Saudita a espada y en la plaza pública. A cuchillo en los territorios del Califato. El adulterio se paga con la lapidación en los dos territorios. El robo, con la amputación de una mano.  El asesinato con robo, con la crucifixión en el Estado Islámico y en Arabia Saudita con la decapitación.
Parecería ser que la diferencia es asunto de publicidad. Mientras el Califato practica la exhibición de sus castigos y se difunden por Internet, en Arabia Saudita está prohibido que se filmen o que se fotografíen. Habría que agregarle una gran diferencia y es que Arabia Saudita ocupa un puesto en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
¿Es o no es Arabia Saudita islámica?

lunes, 14 de septiembre de 2015

AYLAN


Violeta Yangüela

Sin duda que el niño sirio es el mejor ejemplo de la frase de que una imagen vale más que mil palabras.  Esa imagen es hoy global y nunca antes en los cuatro años de guerra en Siria, una imagen de la tragedia había despertado  ¿la conciencia o los sentimientos? globales.
¿Cuántos niños han muerto en Siria? ¿Cuántos millones de sirios desplazados y refugiados?
Dice Will Wintercross, el fotógrafo de la foto que trabaja para el periódico Daily Telegraph, que “la gente ha visto muchas imágenes y videos sobre la guerra en Siria, pero  parece que todo eso se resume en esta única foto” Agrega, “en este momento no hay otra foto que pueda tener un mayor impacto”.
Los argumentos de los políticos y de los articulistas para explicar las razones de la guerra y para la búsqueda de soluciones a la crisis migratoria  siria inundan la prensa global. El Papa Francisco hace un llamado a las parroquias, comunidades religiosas, monasterios  y santuarios de toda Europa para que acojan a los refugiados sirios.  Le responde el Obispo Laszlo Kiss-Rigo “que no son refugiados.  Esto es una invasión.  El Papa está equivocado.  Los refugiados  llegan aquí con gritos de Allah Akbar (Ala es grande).  Quieren tomar el control”.
Para Viktor Orban, político húngaro “los sirios que huyen constituyen una amenaza para nuestra civilización”. El Presidente francés François Hollande dice que “se actúa con rapidez o pronto habrá no solo tragedias sino un éxodo”. Dice John Kerry “la masacre que está teniendo lugar en Siria es un insulto para todo el mundo, a cualquier nación que respete la dignidad y el imperio de la ley. Es una catástrofe estratégica para la región, para todos nosotros. Creo que con la crisis migratoria de Europa, el mundo está empezando a despertar y a darse cuenta de que hay que hacer más”.  ¿Boots on the ground?
Desde Argentina dice Cristina “que nadie nos venga a poner de ejemplo a algunos países del norte. Yo no quiero parecerme a países que dejan morir chicos en las playas. Eso no es de cristianos, es decadencia cultural. Se andan tirando a los inmigrantes de un país a otro como si fueran bultos”.
Y por supuesto Baltasar Garzón no podía quedar excluido. “¿Con qué derecho ponemos fronteras a los que vienen de un conflicto armado generado por Occidente, por la ineficacia de EE UU y la Unión Europea? No analizamos las causas. Atajar los efectos no tiene sentido”.
 Y no es el único en señalar al occidente como culpable. Para el articulista dominicano, Juan Bolívar Díaz “es como si los europeos estuvieran pagando las invasiones colonialistas, la dominación política, extracción de recursos y explotación esclavista que ejercieron por siglos sobre los países tercermundistas.”
Parecería que el ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación de España es el único que ha descubierto que se trata de una guerra al decir que “está buscando desesperadamente una cobertura internacional para intervenir militarmente en Siria”. 
El articulista español Luis Herrero le explica al ministro la razón de su desesperación  cuando dice: “hace bien poco, la alianza entre la musculatura militar norteamericana y el legado cultural europeo le daba legitimidad a la idea de una civilización occidental. No sólo le daba legitimidad. También le daba poder. Pero ahora, me temo, nos hemos quedado sin lo uno y sin lo otro. Sin poder y sin legitimidad. Ni Estados Unidos tiene la energía de antaño ni Europa sabe defender su legado.  Al contrario: parece obstinada en abominar de él”. 
Mientras los jefes de gobiernos, políticos,  religiosos opinan y los articulistas  explican, la masacre en Siria e Irak continúa.