Violeta
Yangüela
José
Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente del gobierno español, ha sido el
protagonista en el intento internacional de resolver la crisis de Venezuela a
través del diálogo.
El
ex jefe del gobierno de España en visita reciente a Venezuela ha expresado que la
intensificación en el crecimiento de la migración de Venezuela a otros países
tiene mucho que ver con las sanciones impuestas por Estados Unidos y que han
sido respaldadas por algunos países.
La
reacción a esas declaraciones no podía faltar.
El
secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro
le da un consejo y le dice que “no sea
imbécil”. Para Almagro Zapatero presenta el tope de la imbecilidad y el coordinador
del grupo de trabajo de la OEA para la crisis de los emigrantes le responde a
Zapatero que “es un pronunciamiento inmoral en contra de un pueblo que huye
porque la dictadura le bloquea comida y medicinas. Es una burla a las familias
que están separadas de sus presos políticos y exiliados y que la única causa
del éxodo masivo es la dictadura de Nicolás Maduro”.
La
Secretaria de Estado de Comunicación del Gobierno español le responde a Almagro
y dice que se puede discrepar pero no perder el respeto y entrar en el terreno
de insultos personales. Y más aún cuando se trata de un ex presidente del
Gobierno de España.
Según
el ministro de Exteriores de España, Zapatero se encuentra en Venezuela a título
“exclusivamente personal”.
Decía
Hugo Chávez y su Plan de la Patria que para el 2019 Venezuela debía ser una
potencia económica. El resultado ha sido que el Plan de la Patria ha convertido
a Venezuela en un país que exporta la miseria de sus millones de ciudadanos y
esa “exportación” ha ocasionado una crisis en los países fronterizos.
Según
los que llevan las cuentas, más de tres millones de venezolanos han abandonado
su país y el 87% de la población vive en la pobreza con el 61% en la pobreza
extrema, el 55% de los niños menores de cinco años sufren de malnutrición y
desnutrición y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica para el 2018
una inflación en Venezuela de un millón por ciento.
Las
declaraciones y las frases de los responsables de la debacle venezolana no
tienen desperdicios.
Para
Nicolás Maduro todo es un montaje del imperialismo y de la prensa y para la
vicepresidente Delcy Rodríguez “en Venezuela no hay crisis humanitaria, hay
amor”.
Parecería
ser que Almagro tendrá que agregar algunos en la lista de la imbecilidad.
v.yanguela@codetel.net.do.