Violeta
Yangüela
Éste
11 de septiembre se cumple el 16 aniversario del trágico derrumbe de las Torres
Gemelas en New York. La impresionante planificación del secuestro de cuatro aviones
comerciales como armamento por cuatro supuestos pilotos que se encargarían de pilotar los aviones
reduciendo a la tripulación de la cabina para dirigirlos a las Torres, al Pentágono
y a la Casa Blanca. Éste último fallido
por el enfrentamiento de los pasajeros y
tripulantes. Se estrella en las cercanías
de Pensilvania.
Un
ataque musulmán a los símbolos políticos, militares y financieros de Estados
Unidos. Ozama bin Laden, responsable de los ataques, calificó de héroes a los
“pilotos” terroristas de los aviones.
A
partir de ese acontecimiento, los ataques terroristas de musulmanes han sido
continuos.
Con
la creación del Estado Islámico y su líder proveniente de las filas de Ozama
bin Laden, los ataques terroristas siguen la estrategia del creador de Al
Qaeda. El conflicto entre las diferentes “sectas” islámicas no es solo en
territorio islámico, sino es un deber global del Islam y así se expresa en su
proclama.
“La
bandera del califato se elevará sobre Jerusalén y Roma incluso con el desprecio
de judíos y cruzados. La sombra de esta bendita enseña se expandirá hasta
cubrir todas las partes de la tierra, llenando el mundo con la verdad y la
justicia del Islam y erradicando la falsedad y tiranía”.
Y
también llega la polémica.
Para
algunos, la radicalización de musulmanes es una reacción a la marginación que sufren
los musulmanes en los países que emigran.
Las cifras parecen desmentir el argumento.
De
acuerdo con la investigación del perfil de los terroristas realizada por el Banco Mundial con reclutados
del Estado islámico, el 70% tiene estudios secundarios y un 25% posee título
universitario y de acuerdo con Brookings Institution el 73% pertenece a la
clase media.
Para
otros, la política exterior del
occidente es la cuna en la que se mecen los terroristas. En España, luego de la
llegada al poder de José Luis Rodríguez Zapatero, crea la Alianza de
Civilizaciones y ordena la salida de las tropas españolas de Irak.
En
la actualidad, los líderes mundiales se pronuncian. Decía el ex presidente
Barack Hussein Obama que “el Califato es una organización terrorista pura y
simplemente. Ninguna religión tolera la matanza de inocentes”. El ex
primer ministro David Cameron se refirió
a los terroristas como “monstruos, no musulmanes, por lo que el Estado islámico
no es islámico”. Y el Papa Francisco afirmó “que el Estado Islámico intenta
justificar su violencia en nombre del Islam”.
Una
cosa es que no todos los musulmanes son terroristas y otra cosa es creer que el
terrorismo islámico no es islámico.
v.yanguela@codetel.net.do