Violeta
Yangüela
Nicolás
Maduro quiere poderes especiales para legislar y para obtenerlo es necesario
que el Congreso apruebe una ley inventada por el extinto teniente coronel que
llaman la Ley Habilitante.
O sea, el Congreso aprueba una ley con la cual
se elimina a sí mismo de las funciones legislativas que le corresponden en lo
que se supone es un sistema republicano de los tres poderes del Estado. Con esa ley el presidente venezolano se convierte en Poder Legislativo que le permite legislar por
decreto.
El
problema es que necesitan 99 de 165 diputados para lograrlo.
Para
eso, el fiscal de la República solicitó al Tribunal Supremo de Justicia un
“antejuicio” a la parlamentaria María Mercedes Aranguren por
presunción de malversación de fondos el cual ha sido aceptado. La Asamblea Nacional ha aprobado
suspender su inmunidad parlamentaria. La
diputada Aranguren llegó al parlamento por el Partido socialista Unido de Venezuela
y en el año 2012 abandonó sus filas. Es calificada por el
chavismo como traidora por su acercamiento a la oposición.
En
la primera votación el diputado suplente se ha convertido en el 99. La segunda
votación ratificará la primera y por supuesto así Venezuela se convierte en una monarquía absoluta. Se
supone que una de los primeros decretos será en relación a los costos, precios y ganancias para controlar la
economía y fijar el margen de ganancias.
Mientras
tanto, dice Maduro que la Unión Europea y Estados Unidos no entienden a Venezuela. Se trata de que llega la Navidad y los venezolanos
“queremos parrandear” y por tanto para contrarrestar la guerra económica de la
“burguesía parasitaria” decidió, por cierto sin su Ley Habilitante, dar una
orden a las fuerzas armadas para ocupar todas las filiales de la cadena de
tiendas de electrodomésticos Daka y confiscar y vender a “precios justos”.
Dice
el heredero, “que no quede nada en los anaqueles” Y se armó el saqueo.
No,
saqueo no, que esa palabra está prohibida, que eso es un “percance”, “que los
periódicos burgueses el pueblo no los compre para demostrarles donde está la
conciencia y la vergüenza de un país
dispuesto a levantarse por encima del boicot económico, de la guerra y del
robo”.
De
acuerdo a las cifras del Banco Central de Venezuela en el mes de octubre los
precios habían registrado un aumento del 5%
con relación al mes de septiembre.
Se calcula una inflación anual del 54%. Para Nicolás Maduro la bajada de
los precios de los productos de un 100% debería impactar la tasa de
inflación.
O
sea, la inflación se baja con la fuerza de las armas.
Así,
también se cumple el mandato del Viceministerio de la Suprema Felicidad Social
del Pueblo Venezolano.
Como
dice el cuento, “todos felices y comieron lombrices”
v.yanguela@codetel.net.do
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