Violeta
Yangüela
En
el Desayuno Nacional de Oración celebrado anualmente en Estados Unidos, el
presidente Obama se refirió a la guerra en Siria y el Estado Islámico. Dice el presidente Barack Hussein que la
violencia en nombre de la fe no es algo único de un grupo o religión.
“Recordemos
que durante las cruzadas y la inquisición, la gente cometió terribles hechos en
nombre de Cristo. En nuestro país la
esclavitud y la segregación racial también fueron con frecuencia justificados
en nombre de Cristo”.
¿Una
justificación de los hechos actuales argumentada en la historia?
Ejerciendo
no se sabe si de filósofo, jeque, imán,
psicólogo o historiador, Obama afirma que “hay una tendencia de pecado presente en
nosotros que permite y deforma nuestra fe.
Cuando grupos de odio tienen su propia cuenta de twiter e intolerancia
puede ser más difícil contrarrestar eso. Pero Dios nos empuja a intentarlo”.
¿La
violencia se ejerce en nombre de Dios y también contrarrestarla en nombre de
Dios?
Por
supuesto, parecería que esa tendencia a la que se refiere Obama, es
sencillamente asunto de condición humana.
¿Pecado? Eso es pecado en la
religión. En la ley civil eso se llama
crimen. En el mundo de la actualidad no
es precisamente Dios el que empuja, es la institución jurídica que se ocupa de
castigarlo.
Estas
afirmaciones de Obama llegan junto a un informe del Comité de los Derechos del
Niño de Naciones Unidas en el que denuncia los crímenes cometidos por el grupo
terrorista del Estado Islámico, por supuesto en nombre de Dios, contra niños y
adolescentes en Irak y Siria, especialmente cristianos y yazidies, que son
crucificados o vendidos como esclavos sexuales solo por el hecho de formar parte
de alguna minoría étnica o religiosa.
El informe señala que los niños son enterrados con vida y los pocos que escapan del exterminio son
convertidos en soldados o usados como escudos humanos para proteger sus
estructuras de los ataques de la coalición liderada por Estados Unidos.
¿Eso
qué es? ¿Crimen o pecado?
Mientras
tanto, el gobierno de Barack Hussein está ocupado en nombrar una especie de ZAR
como “emisario abiertamente gay” que defienda los derechos de los homosexuales
en el mundo. Dice la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf “seguimos
implicados en la protección y la promoción de los derechos humanos de todas las
personas, que incluyen los derechos de los gay, lesbianas, bisexuales y
transgénero (LBTG).
¿Irá
ese emisario a defender los derechos de los LBTG en Irak y Siria?
¿Por
casualidad, visitará a Irán?
v.yanguela@codetel.net.do
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