lunes, 12 de marzo de 2012

EL PÉSAME

Violeta Yangüela

Dice Amelia Valcárcel, catedrática española de Filosofía: “la gramática no es la vida”.


Parecería que eso es lo que se ha pretendido con la “fabricación” de las Guías sobre el lenguaje no sexista elaboradas por instituciones académicas, colectivos sindicales, e instituciones políticas de España pagadas por los ciudadanos españoles.

La ex ministra del extinto Ministerio de Igualdad, Bibiana Aído, lo justificaba al decir que “el uso no sexista desempeña un papel fundamental en el objetivo de superar las desigualdades entre hombres y mujeres”.El periódico ABC de España reporta que cada una de las nueve Guías analizadas ha costado entre 7 y 19 mil euros y dice el filósofo Gabriel Albiac “es gastar dinero a costa de ser imbécil”.

El Pleno de la Real Academia Española (RAE) ha aprobado a unanimidad el informe Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer, elaborado por el académico Ignacio Bosque en el que se analiza el contenido de nueve de esas Guías. Dice el académico que si se aplicaran esas directrices, “no se podría hablar” y agrega que es “insostenible que el léxico, la morfología y la sintaxis de nuestra lengua han de hacer explícita sistemáticamente la relación entre género y sexo, de forma que serán automáticamente sexistas las manifestaciones verbales que sigan tal directriz, ya que no garantizarían la visibilidad de la mujer”.

En una de esas Guías, el argumento no tiene desperdicio. Dice: “el masculino genérico es utilizado para referirse a hombres y mujeres mediante el uso del genero gramatical masculino utilizado como especifico también para referirse al sexo masculino. Por el contrario el género femenino solo puede utilizarse para designar a mujeres y es eso lo que conduce y contribuye a la discriminación lingüística”.

Se supone que periodistas, articulistas y artistas tendrían que elevar su más enérgica protesta por discriminación al incluirlos en el uso del género femenino y exigir que se agreguen en las Guías como periodistos, articulistos y artistos. También se supone que los ciudadanos españoles, si esos mismos, los ciudadanos varoncitos, convocarán a una huelga de silencio para lograr que gilipollas solo se refiera a las hembritas que ellos no son gilipollas, que son gilipollos.

Habría que agregar que la palabra vulgar con la cual se designa el sexo de la mujer ¡es masculina! y en el algunos casos, como España, el sexo del varón es ¡femenina!

El informe del académico afirma que “el rechazo a toda expresión del masculino destinada a los dos sexos está firmemente asentado en el sistema gramatical del español, como lo está en el de otras muchas lenguas románicas y no románicas y no hay razón para censurarlo”.

En definitiva que las palabras tienen género. Y si por un por si acaso no se ha enterado, género es masculino y femenino, que no génera femenina. Y por otra parte, los animales, y eso incluye a los de “dos paticas”, tienen sexo.

Parecería que en estos días en que se celebra el Día Internacional de la Mujer, habría que darles el pésame a las feministas y los feministos del lenguaje. Se incluye en el pésame a la Constitución de Venezuela. El informe de Bosque cita uno de sus párrafos como ejemplo del mal uso del lenguaje. Por supuesto la protesta de los chavistas y chavistos, que no de los académicos, ha llegado a la RAE con la acusación de ridiculizar su Carta Magna y definirlo como “un caso melancólico del imperio”.

Publicado el 12 de marzo 2012

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