lunes, 20 de enero de 2014

LA ESPADA Y LA FE

Violeta Yangüela
Dice el Papa Francisco que es hora de parar esta violencia.  “Es la convicción de que todos somos hijos del único Padre Celestial, que formamos parte de la misma familia y que compartimos un destino común”.
Para el Papa la violencia y las injusticias en tantos lugares del mundo “no pueden dejarnos inmóviles e indiferentes”.  Es necesario trasladarle “el grito de paz de las poblaciones oprimidas por la guerra para que el coraje del diálogo y la reconciliación prevalgan sobre la tentación de venganza, de prepotencia y de corrupción”.
Por un lado, habría que preguntar ¿es posible exterminar la violencia individual o colectiva de la condición humana?  Para los que se aprendieron desde su tierna edad las enseñanzas religiosas de la creación, la expulsión de Adam y Eva del Paraíso provocaría las consecuencias sobre la condición de la especie humana. 
 Esa condición humana se expresa en la violencia del asesinato de Abel por su hermano Caín.  ¿De corrupción? También la enseñanza religiosa la cuenta en la venta del Mesías por Judas y las 30 monedas.
Esa violencia y esa corrupción individual se encontraron con una ley civil para penalizar, no un pecado, sino un crimen.
Por el lado de la violencia colectiva,  decía Wiston Churchill que la democracia es el peor de los sistemas políticos, exceptuando a todos los demás. Parecería que por lo menos la afirmación de Churchill tiene sentido al analizar las guerras y conflictos actuales en la bolita terráquea.
En los sistemas democráticos no hay guerras.  Actualmente no existe ningún estado nación con un sistema democrático en guerra con otro estado nación democrático. Es decir, las democracias no guerrean entre sí.
Sin embargo, el mundo del islam se desangra en guerras religiosas- territoriales.
El Papa Benedicto XVI, en una conferencia en el 2006 en la universidad de Ratisbona en Alemania, citaba la conversación del emperador bizantino y un persa en un diálogo sostenido en 1391.  La cita decía: “muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que predica”. (La bandera nacional de Arabia Saudita dice; No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta.  Bajo esta inscripción hay una espada en disposición horizontal).
Esa cita provocaría no solo la protesta de líderes políticos y religiosos del mundo del Islam sino también las protestas locales con iglesias cristianas incendiadas.
Parecería que no todos somos hijos del mismo Padre Celestial y la espada  y no el diálogo y la reconciliación de los sistemas democráticos, seguirá siendo el camino de la fe en el  Islam.
v.yanguela@codetel.net.do
 
 


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