Violeta Yangüela
Sobre el podio las tres banderas
que subrayan la pertenencia de los protagonistas, en el centro el emisario de
Naciones Unidas para Siria, Stafan de Nistura acompañado por el ministro ruso Serguéi Lavrov
y del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, con una amplia y
reluciente sonrisa, documento en mano levantada, Staffan de Mistura informa de
los acuerdos de los desacuerdos en el dialogo en Viena con el objetivo de
lograr una salida política a la guerra civil.
Dicen que una imagen vale más que
mil palabras.
En la mesa del diálogo los
representantes de Estados Unidos, Unión Europea, Rusia, Irak, Turquía, Líbano,
Qatar, China, Emiratos Árabes Unidos, Jordania y Egipto comparten con los
emisarios de los enemigos de siempre: Arabia Saudí y el Irán que ha sido
invitado por Estados Unidos.
El gobierno de Al Assad, la
llamada oposición siria, Coalición Nacional Siria (desde el exterior de Siria)
y los supuestos rebeldes moderados son los ausentes en la conversación.
Afirma el secretario de Estado de
Estados Unidos, John Kerry, que “la importancia de la reunión supone la
oportunidad más prometedora de encontrar una salida a la guerra en Siria. El
reto al que nos enfrentamos es nada menos que trazar una salida del infierno”.
En el punto seis del acuerdo se
afirma, “derrotar al Califato y otros grupos terroristas” pero dice el punto
cuatro que es “imperativo acelerar los esfuerzos diplomáticos para acabar con
la guerra”.
¿La derrota del Califato se hará
a través de los esfuerzos diplomáticos?
De acuerdo con el documento
suscrito por los participantes “el proceso será liderado por los sirios que
decidirán su futuro y un alto al fuego nacional, en paralelo al proceso
político”.
¿Cuáles sirios? ¿Alto al fuego de
quién? ¿Del Califato? ¿De Al Qaeda? ¿Del gobierno de Al Assad?
¿De cuál proceso político?
¿Elecciones en Siria?
Se supone que los participantes
de la conversación también se sentarán a dialogar con los grupos “terroristas”
para lograr un alto al fuego y establecer un proceso político democrático.
También se supone que Al Assad
llegará a un acuerdo con el Califato Islámico para lograr un gobierno en el que
según el comunicado de los acuerdos, “la independencia, integridad territorial
y carácter laico de Siria son fundamentales, el mantenimiento de las
instituciones y la protección de los derechos de todos los sirios, al margen de
su etnia o confesión”.
Irán ha anunciado que podría
retirarse de las conversaciones de paz en Siria. Dice el viceministro de
Asuntos Exteriores de Irán, Hossein Amir Abdollahian que “en la primera ronda
de conversaciones, algunos países, especialmente Arabia Saudí, jugaron un papel
negativo y no constructivo. Irán no participará en las conversaciones si no son
fructíferas”.
Mientras los dirigentes políticos
conversan, dicen los que llevan las
cuentas que después de cuatro años de guerra, son cuatro millones de
refugiados, más de seis millones de desplazados y cerca de 300, 000 muertos.
v.yanguela@codetel.net.do
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