Violeta
Yangüela
Argentina
está de fiesta. Dicen que no solo termina el kirchnerismo, sino también el
peronismo. Asunto de “ismos”.
Cargada
en su historia política de seis golpes de estado en 26 años y 14 presidentes,
hoy Argentina y su nuevo presidente Mauricio Macri anuncia el cambio. En su discurso ganador de las elecciones el
electo presidente de la alianza “Cambiemos” ha afirmado que “se trata de un cambio de época, es un cambio que nos tiene que llevar hacia
el futuro, a las oportunidades que necesitamos para crecer, para progresar”
A
pocas horas de su victoria electoral, Macri ha expresado que pedirá la aplicación
de la cláusula democrática para Venezuela en la Cumbre de Mercosur a celebrarse
en diciembre en Asunción, Paraguay para que libere al dirigente de la oposición
Leopoldo López y expulsar a Venezuela por los abusos en la persecución a los
opositores y a la libertad de expresión. Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López
estuvo en la fiesta de la victoria invitada por el electo presidente.
Dice el presidente electo: “es evidente que
corresponde que se aplique esa cláusula porque las denuncias son claras, son
contundentes, no son un invento. La situación que vive Venezuela bajo el
gobierno de Nicolás Maduro no se corresponde con el compromiso democrático que
hemos asumido todos los argentinos”. ¿Todos?
La
cláusula democrática en el Mercosur, integrado
por Argentina, Venezuela, Brasil,
Paraguay y Uruguay (Bolivia en proceso de adhesión) establece la posibilidad de
expulsar a un Estado miembro ante la suspensión del orden democrático. Solo se puede aplicar
por consenso. También establece la vía para aplicar sanciones. El cierre total
o parcial de las fronteras, suspender o limitar el comercio, el tráfico aéreo y
marítimo, las comunicaciones y los servicios de energía.
Parecería
que algunos de los socios del Mercosur aún apuestan al chavismo venezolano.
En
las cifras económicas argentinas, puestas en duda por los organismos económicos
globales y algunos medios de comunicación, el nuevo presidente anuncia la
apertura a la comunidad global, con los
convenios comerciales, con la Unión Europea y acercarse a la Alianza del Pacifico
con el objetivo de aumentar el intercambio.
Se propone la apertura hacia Estados Unidos
Entre sus objetivos locales, reducir la inflación a tasas inferiores al
10% en un plazo de dos años, llegar a un acuerdo con los tenedores de deuda
pública (los buitres de Cristina) y
recuperar la credibilidad en las estadísticas oficiales para evitar el actual bloqueo financiero del país
En
los asuntos políticos la cosa se complica.
Tendrá que negociar en el Congreso con los peronistas y kirchneristas.
Como dice Cristina: “No me voy a ir, quédense tranquilos, siempre voy a estar
con ustedes. Hemos empoderado al pueblo de sus derechos; ustedes deberán
defender esos derechos y si alguien quiere arrebatárselos, allí estaremos junto
a ustedes defendiendo las conquistas sociales”. En referencia al perfil empresarial de Macri
el mensaje de Cristina es claro, “un país no es una empresa, que nadie se
confunda”.
Por
supuesto Hebe de Bonafini no podía faltar y convoca para el mismo día de la
toma de posesión del nuevo presidente la Marcha de la Resistencia para repudiar
la presencia de Macri en la Casa Rosada.
Dice Bonafini: “tenemos un enemigo peligroso” y en consonancia con Cristina “quieren
gobernar el país como si fuera una empresa, una fábrica, pero la patria es otra
cosa”. La marcha tiene un título: Ni Un
Paso Atrás – Resistir es Combatir. ¡Cuánta creatividad!
Macri
ha dado una demostración de bailarín en la celebración. No ha bailado tango y
de seguro no a todos les gusta su baile.
¿Entierro
de los ismos? ¡Tremenda tarea!
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