Violeta
Yangüela
Colonia
ha destapado la olla de grillos. Las
masivas agresiones sexuales ocultadas para evitar consecuencias del “welcome
refugees” han puesto en el tapete que no solo ha ocurrido en Colonia sino también
en otras ciudades alemanas y en otros países europeos. También se informa que en
los albergues de refugiados las violaciones a mujeres y niñas son promovidas
por sus maridos y padres que las obligan a prostituirse.
Definida
como “cientos de hombres de aspecto árabe y norteafricanos” ¿Árabes? ¿Quiénes
son los árabes? ¿De Arabia Saudita? ¿Norteafricanos? ¿Quiénes son? ¿De origen
árabe? ¿Una manera de corrección política para no ser tachados de islamofóbicos,
racistas, discriminatorios, xenófobos y demás epítetos? Sin embargo, los informes policiales afirman
que en su mayoría son sirios y de otros países musulmanes.
Y
se destapa la olla.
El
presidente francés François Hollande propone desposeer de nacionalidad a los
inmigrantes nacidos en Francia. Para Ángela Merkel lo ocurrido en Colonia no
son hechos aislados y propone una reforma legal que permita la deportación de
cualquier extranjero que cometa un delito.
Admite que Europa es vulnerable
en la crisis de refugiados ya que aún no está bajo control.
El papa Francisco no ha podido faltar y ha
pedido a Europa que no renuncie al “espíritu humanista que siempre ha amado y
defendido y siga dando acogida a las miles de personas que lloran huyendo de
guerras espantosas, de persecuciones y de violaciones a los derechos humanos, o
de la inestabilidad política o social que hace imposible la vida en la propia
patria. Según Jorge Mario Bergoglio, hay
“que vencer el miedo”.
El
pasado diciembre el aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos,
Donald Trump llamó a cerrar total y por completo la entrada de los musulmanes a Estados Unidos.
Agrega Trump que “hay un gran odio hacia los estadounidenses por grandes
segmentos de la población musulmana y algunos aceptan que la violencia contra
los norteamericanos está justificada como parte de la yihad global”. Para
Donald Trump es una medida temporal y afirma, “estamos en guerra”.
Por
supuesto el rechazo a la propuesta cruza fronteras. El
parlamento británico debatirá si a Donald Trump se le debe prohibir el ingreso
al Reino Unido y la Casa Blanca
responde que “es totalmente contrario a los valores de Estados Unidos”.
El
historiador Niall Ferguson lo explica con argumentos históricos. “Como el
Imperio Romano a principios del Siglo V, Europa ha dejado que sus defensa se
derrumbaran. A medida que aumentaba su riqueza ha disminuido su capacidad
militar y su fe es si misma. Se ha vuelto decadente con sus centros comerciales
y sus estadios. Al mismo tiempo, ha
abierto las puertas a los extranjeros que codician su riqueza sin renunciar a
su fe ancestral.”.
Agrega
el historiador, “es indudable que los musulmanes que viven en Europa no son, en
su inmensa mayoría violentos. Pero también es verdad que casi todos tienen unas
convicciones difíciles de conciliar con los principios de nuestra democracias
liberales, incluidas nuestras ideas modernas sobre igualdad entre los sexos y
tolerancia ante la diversidad religiosa y ante casi todas las tendencias
sexuales”.
v.yanguela@codetel.net.do
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