lunes, 4 de abril de 2016

¿ISLÁMICOS?

Violeta Yangüela
Dice el Papa Francisco que los fabricantes y traficantes de armas son los culpables de los atentados terroristas.  Para el Papa “quieren sangre, no la paz. Quieren guerra y no la fraternidad y alientan los hornos de la guerra con la sangre inocente de los hermanos”. Agrega Bergoglio “todos nosotros juntos, musulmanes, hindúes, católicos, coptos, evangélicos pero hermanos. Hijos de un mismo Dios que queremos vivir en paz, integrados”. Sn duda que el discurso le quedó bonito.
Parecería que Francisco no entiende que su Dios no es el mismo Dios de los terroristas. Porque resulta que los hindúes, los católicos, los coptos y los evangélicos no salen a poner  bombas.  Los terroristas son islámicos y salen a matar con y en el nombre de su Dios y de su religión.  “No hay mas Dios que Ala”.
Una cosa es creer que no todos los islámicos son terroristas y otra cosa  es creer que el terrorismo islámico no es islámico. Los ejemplos no faltan, sobran. Mali, Afganistán, Siria, Nigeria, Irak, Túnez, Turquia, Indonesia, Kenia, Israel, Libia y habría que agregar Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España, y más reciente, Bruselas. De acuerdo al Índice del Terrorismo Global, el grupo islamista Boko Haram y el Estado Islámico (EI), son los más letales. Ambos son responsables de manera conjunta del 51% de todas las muertes debidas a ataques terroristas en el ámbito mundial  del 2014.
Junto al discurso llegan las manifestaciones de solidaridad global,  Todos somos Bruselas, las banderas a media asta, las flores, las velas y velones, el minuto de silencio  y las declaraciones de los dirigentes mundiales de su condena a la brutalidad de los terroristas y por supuesto que los terroristas no son islámicos.
El Islam divide el mundo en dos. La Casa de la Paz que se supone es el Islam y los creyentes y la Casa de la Guerra que son los infieles, o sea los no creyentes.  Gobernado por el Califa, la misión del Islam es incorporar las regiones en un solo orden y traer la paz universal. Para lograr este objetivo la estrategia es la jihad.
Es obligación del creyente cumplir la jihad, ya sea con el corazón, con la palabra, con sus manos o con la espada. Dice el Corán: “Matadlos hasta que la idolatría no exista y esté en su lugar la religión de Dios (II-189). Combatid en la senda de Dios y sabed que Dios es oyente, omnisciente. Quien presta espontáneamente dinero para la guerra santa a Dios, Éste se lo duplicará muchas veces. (II-245)
Cuenta la historia las palabras en la proclamación del Califato: “La bandera del califato se elevará sobre Jerusalén y Roma incluso con el desprecio de judíos y cruzados. La sombra de esta bendita enseña se expandirá hasta cubrir todas las partes de la tierra, llenando el mundo con la verdad y la justicia del Islam y erradicando la falsedad y tiranía”.
Expresado por la Hermandad Musulmana: “El Corán es nuestra Constitución, el Profeta es nuestro líder y la jihad es nuestro camino”.
Parecería que el auto nombrado Califa  del Estado Islámico, Abu Bark al Baghdadí, está  cumpliendo con las órdenes de Ala y su profeta o ¿es que Mahoma y el Corán no son islámicos?

v.yanguela@codetel.net.do. 

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