Violeta
Yangüela
Se
supone que para pertenecer a una
institución se requiere el cumplimiento de los requisitos que postula en su
declaración de principios.
La
Carta de Naciones Unidas del 26 de junio de 1945 en su Capítulo I, Artículo 2
dice: “Los miembros de la Organización, a fin de asegurarse los derechos y
beneficios inherentes a su condición de tales, cumplirán de buena fe las
obligaciones contraídas por ellos de conformidad con esta Carta”.
En
su Capítulo II, Articulo 6 dice: “Todo miembro de las Naciones Unidas que haya
violado repetidamente los Principios contenidos en esta Carta podrá ser
expulsado de la Organización por la Asamblea General a recomendación del
Consejo de Seguridad”.
Parecería
que en 71 años ninguno de los miembros de las Naciones Unidas ha violado
“repetidamente” los Principios de la Carta. Hasta ahora, la única expulsión conocida
es la República de Yugoslavia y no precisamente por violación “repetidamente”.
La Asamblea General votó por abrumadora
mayoría a favor de la propuesta del Consejo de Seguridad de retirar el escaño
de la antigua república luego de su
desintegración en varios Estados.
En
la Declaración Universal de Derechos Humanos firmada en 1948, su Artículo 2
dice: “Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión,
opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción
alguna fundada en la condición”.
Sus
treinta artículos son todo un poema.
Resulta
que Arabia Saudita se abstuvo de firmar la Declaración. Dicen los que cuentan
la historia que se opusieron a los artículos 16 y 18.
El
primero se refería a los derechos a casarse sin restricción por motivos de
raza, nacionalidad, religión y fundar una familia y el segundo a la libertad de
conciencia y religión que incluye la libertad a cambiar de religión.
Por
supuesto, ambos inaceptables para el régimen de Arabia Saudita.
En
la actualidad, desde el 2014, Arabia Saudita ha sido incorporada al Consejo de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Dice
el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, “Naciones Unidas tiene un gran potencial pero
ahora es solo un club de gente para reunirse, hablar y pasárselo bien. ¡Qué
triste!”.
¿Tendrá
razón?
v.yanguela@codetel.net.do
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