lunes, 4 de septiembre de 2017

¡CAMPANTE!

Violeta Yangüela
De acuerdo a las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) se pronostica que  la inflación en Venezuela en el 2017 será de 1.642 por ciento,  su tasa de desempleo del 20.7% y el  PIB se contraerá en un 12%.
El pasado año el Parlamento declaró una “crisis humanitaria de salud” por la falta de disponibilidad de 872 fármacos esenciales. En esa oportunidad el presidente la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera,  aseguró que los hospitales operan con un 4 o 5 por ciento de materiales y medicamentos.
Según los que llevan las cuentas, el 97% de las divisas dependen de las exportaciones de petróleo y según esas mismas cuentas ocho de cada 10 productos consumidos son importados. Y las divisas no aparecen. En cuatro años, el PIB ha caído un 50% en el país que se supone es de los más ricos en recursos petroleros.
A la “crisis humanitaria de la salud”  se le agrega la crisis humanitaria alimentaria. Las imágenes de las grandes colas de los ciudadanos en procura de alimentos y de productos de uso cotidiano recorren los medios de comunicación globales.
En lenguaje dominicano, la crisis económica le queda “chiquitica” a la crisis política. La Asamblea Constituyente es el último invento de Nicolás Maduro. Hay que cambiar la Constitución.  Decía Hugo Chávez de su Constitución aprobada mediante un referéndum en 1999: “nuestra Constitución está blindada de cualquier capricho personal, de una secta o grupo político”.
Parecería que su heredero termina con el blindaje.  ¿Capricho personal, secta o grupo político? Ahora Venezuela tiene dos Congresos: la Asamblea Nacional y la Asamblea Constituyente. ¡Cuánta democracia!
La Asamblea Constituyente asume las competencias legislativas y la presidente, Delcy Rodríguez, hace un llamado a la “convivencia” con el nuevo “instrumento” respetando sus decisiones.
Parecería que la comunidad internacional no sabe qué hacer con Venezuela. Los intentos de diálogo entre gobierno y oposición han sido fallidos, así como la condena regional a las decisiones del gobierno de Maduro. 
Y llegó Trump. Luego de la Asamblea Constituyente, la Casa Blanca entiende que representa una quiebra del orden constitucional legítimo de Venezuela e impone sanciones financieras que prohíben las negociaciones sobre nuevas emisiones de bonos por parte del gobierno de Venezuela y de la petrolera estatal Pdvsa.
Nicolás Maduro responde a las sanciones con la propuesta de que se enjuicie por “traición a  la patria” a quienes en la oposición y en el extranjero se han manifestado a favor de las sanciones económicas impuestas por Donald Trump.
Como decía el anuncio Maduro sigue  ¡Campante!
v.yanguela@codetel.net.do


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