Violeta
Yangüela
De
acuerdo a las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) se pronostica
que la inflación en Venezuela en el 2017
será de 1.642 por ciento, su tasa de
desempleo del 20.7% y el PIB se
contraerá en un 12%.
El
pasado año el Parlamento declaró una “crisis humanitaria de salud” por la falta
de disponibilidad de 872 fármacos esenciales. En esa oportunidad el presidente
la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera, aseguró que los hospitales operan con un 4 o 5
por ciento de materiales y medicamentos.
Según
los que llevan las cuentas, el 97% de las divisas dependen de las exportaciones
de petróleo y según esas mismas cuentas ocho de cada 10 productos consumidos
son importados. Y las divisas no aparecen. En cuatro años, el PIB ha caído un
50% en el país que se supone es de los más ricos en recursos petroleros.
A
la “crisis humanitaria de la salud” se
le agrega la crisis humanitaria alimentaria. Las imágenes de las grandes colas
de los ciudadanos en procura de alimentos y de productos de uso cotidiano
recorren los medios de comunicación globales.
En
lenguaje dominicano, la crisis económica le queda “chiquitica” a la crisis
política. La Asamblea Constituyente es el último invento de Nicolás Maduro. Hay
que cambiar la Constitución. Decía Hugo
Chávez de su Constitución aprobada mediante un referéndum en 1999: “nuestra Constitución
está blindada de cualquier capricho personal, de una secta o grupo político”.
Parecería
que su heredero termina con el blindaje.
¿Capricho personal, secta o grupo político? Ahora Venezuela tiene dos
Congresos: la Asamblea Nacional y la Asamblea Constituyente. ¡Cuánta
democracia!
La
Asamblea Constituyente asume las competencias legislativas y la presidente,
Delcy Rodríguez, hace un llamado a la “convivencia” con el nuevo “instrumento”
respetando sus decisiones.
Parecería
que la comunidad internacional no sabe qué hacer con Venezuela. Los intentos de
diálogo entre gobierno y oposición han sido fallidos, así como la condena
regional a las decisiones del gobierno de Maduro.
Y
llegó Trump. Luego de la Asamblea Constituyente, la Casa Blanca entiende que
representa una quiebra del orden constitucional legítimo de Venezuela e impone
sanciones financieras que prohíben las negociaciones sobre nuevas emisiones de
bonos por parte del gobierno de Venezuela y de la petrolera estatal Pdvsa.
Nicolás
Maduro responde a las sanciones con la propuesta de que se enjuicie por
“traición a la patria” a quienes en la
oposición y en el extranjero se han manifestado a favor de las sanciones
económicas impuestas por Donald Trump.
Como
decía el anuncio Maduro sigue ¡Campante!
v.yanguela@codetel.net.do
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