Violeta
Yangüela
La
cuna de Mahoma, de su Corán y por supuesto del Islam. Arabia tiene un apellido:
Saudita. El clan de la familia Saud que
gobierna el país de Arabia desde su fundación como Estado-Nación.
Abdulaziz bin Saud,
descendiente del jefe tribal que da origen a la casa Saudí,
logra firmar un tratado con el Imperio Británico a cambio de su apoyo al Reino
Unido en contra del Imperio Otomano y proclama el Estado de Arabia Saudita en
1932, muere en 1953.
Desde
su fundación las leyes, normas y reglas están reguladas por el Corán y en esas
leyes las mujeres llevan todas las de perder.
Las prohibiciones van desde no poder manejar, no poder salir solas de casa sin un guardián,
mostrar cualquier parte de su cuerpo, entrar a lugares religiosos o
cementerios, participar en el deporte, vetar por ley carreras universitarias y
por supuesto no pueden estar solas en zonas que no sean exclusivas para
mujeres. Y la lista de prohibiciones es
interminable.
Parecería
que el actual heredero al trono, Mohamed bin Salman, quiere realizar un proceso
de reformas económicas y sociales.
En
el tema de las mujeres, a partir del próximo año la prohibición de manejar a
las mujeres será eliminada, a pesar del pronunciamiento de un clérigo que dijo
que manejar “afecta la fertilidad de las mujeres”. Al mismo tiempo las mujeres
podrán asistir a las competencias deportivas y anuncia la apertura de complejos
hoteleros en los que se permitirá que hombres y mujeres puedan compartir
juntos.
¿Conflicto
con el clérigo islámico?
En
un evento en Riad ante inversores internacionales y periodistas extranjeros
denominado Future Invesment Iniciative dice el príncipe heredero, “estamos volviendo a lo que solíamos ser para moderar el Islam, abierto
al mundo y a todas las religiones, no perdamos 30 años de nuestras vidas
lidiando con ninguna idea extremista.
Vamos a erradicar el extremismo”.
¿Permitirá
el clero islámico la práctica de otras religiones en el reino de Mahoma?
En
su programa de reformas, Visión 2030, pretende transformar la economía
dependiente de la producción petrolera, propiciar una mayor apertura económica
del reino y promocionar una economía fundamentada en las nuevas tecnologías y
el turismo.
Y
comienza el alboroto económico con la detención de 11 príncipes, cuatro
ministros, 10 ex ministros, altos funcionarios, mandos militares, y hombres de
negocios vinculados a la familia gobernante acusados por corrupción, soborno,
malversación, lavado de dinero y abuso de poder.
Eso
sí, no es cualquier cárcel. Los detenidos están “hospedados” en el Ritz Carlton
de Riad habilitado como cárcel.
¿Permitirá
Alá una “ilustración islámica” en el
reino del Islam?
v.yanguela@codetel.net.do
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