lunes, 7 de mayo de 2018

EL PRÍNCIPE


Violeta Yangüela

Para los pensadores versados en el tema y estudio del Islam, las diferencias y los conflictos entre el islamismo y el cristianismo  empiezan con los protagonistas. Cristo como hijo de Dios llegó al mundo fue crucificado y sus seguidores perseguidos, Mahoma logró la victoria durante su vida.  Conquistó territorios, creó un Estado y un ejército,  promulgó leyes, impuso impuestos, hizo la guerra.
En pocas palabras, gobernó y ésas acciones fueron santificadas y ampliadas en la tradición islámica. En sus conquistas, los islámicos impusieron su idioma, su Estado y la ley divina.  El Estado es la religión, la religión es el Estado y Dios es la cabeza de ambos con el Profeta como su representante en la tierra.
En la concepción islámica Dios es el soberano de la comunidad, la única y última fuente de la autoridad y de la legislación. No existe diferencia entre la ley de la Iglesia y la ley del Estado. Aceptada como origen divino, regula todos los aspectos de la vida civil, comercial, criminal, constitucional.
La diferencia la expuso el creador de la dinastía de la casa Saud,  Abdul Azis al Saud,  en la reunión en 1945 con el presidente de Estados Unidos a bordo del buque USS Quincy  y relatada por Eddy William, Ministro Plenipotenciario e intérprete de esa reunión.  Cuenta William que el Rey le expresó a Franklin D. Roosevelt; “utilizaremos su hierro, pero usted dejará nuestra fe en paz”.
Y con los hierros llegó ARAMCO. (Arabian American Oil Co.) Con la toma del control total de la compañía por el Estado pasó a llamarse Saudí Arabian Oil Co. o Saudi Aramco

 La dinastía  Saudita  es hoy  dueña de Arabia, de los hierros  de la cultura y por supuesto también de la fe. Asunto de propiedad y permanencia en el poder.
En la actualidad llegó el príncipe heredero Mohamed bin Salman. Le llaman MBS y quiere que Arabia Saudita deje de depender del petróleo porque los “hierros” ya no son los que proporcionan los ingresos necesarios para el sostenimiento del reino y anuncia el plan Visión 2030.
En su plan, anuncia un visado especial para turistas. Actualmente solo se permite la entrada a los extranjeros para una peregrinación a la Meca y Medina o que hubiesen sido invitados por un ciudadano de Arabia, una empresa o una institución.
En el plano social, parecería ser una revolución “feminista”. El príncipe apuesta por una mayor libertad para las mujeres. Se ha levantado el veto para que puedan manejar, acudir a eventos deportivos, gimnasios para mujeres y el cine vuelve a Arabia.
Mientras tanto, su guerra con el Islam chiita y al parecer también con los sunitas rebeldes sigue.  Dice MBS que “el triangulo del mal está formado por Irán, que quiere expandir su ideología extremista, los Hermanos Musulmanes que quieren crear califatos en todas partes y los terroristas, Al Qaeda, ISIS que quieren lograrlo todo por la fuerza”.  Agrega Mohamed, “el líder supremo de Irán hace que Hitler parezca buena persona”.
Parecería que para el heredero al reinado de Arabia Saudita, los chiitas y los sunitas rebeldes de Al Qaeda y ISIS no son musulmanes.
v.yanguela@codetel.net.do





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