Violeta
Yangüela
¡Qué
sorpresa el mundo mundial acaba de descubrir que los gobiernos espían! Y van
dos. Ahora es Edward Snowden. Antes fue
el soldado y con el soldado llegó Wikeleaks y su protagonista intermediario
Julian Assange.
Y
se arma el primer rebú.
Snowden
se asila en la zona de tránsito del aeropuerto de Moscú, mientras el presidente de Bolivia Evo Morales es obligado
a detener su avión presidencial por la prohibición de volar en algunos
territorios europeos con la sospecha de que Snowden estuviera acompañando a Don
Evo.
Y
se arma el segundo rebú.
La
Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) expreso su “profundo rechazo e
indignación por el retiro sorpresivo de los permisos de sobrevuelo y aterrizaje
al avión en el que viajaba el presidente de Bolivia Evo Morales y ha demandado
el esclarecimiento de los hechos y las explicaciones a que hubiere lugar”.
MERCOSUR
dice que es un acto “insólito, inamistoso y hostil que viola los derechos
humanos y afecta la libertad de tránsito, desplazamiento e inmunidad que goza
todo jefe de Estado”.
En
la Organización de Estados Americanos (OEA) los países miembros del organismo "condenan
las actuaciones que son claramente violatorias de normas y principios básicos
del derecho internacional, como la inviolabilidad de los jefes de Estado",
además hicieron un "firme llamado a
los Gobiernos de Francia, Portugal, Italia y España para que brinden las
explicaciones necesarias por el incidente y ofrezcan las disculpas
correspondientes”.
Dice
Rafael Correa “o nos graduamos de colonias o reivindicamos nuestra
independencia, soberanía y dignidad.
¡Todos somos Bolivia!”. Por
supuesto Cristina no se puede quedar fuera del espectáculo y dice
“definitivamente están todos locos”. A propósito, parece ser que el gobierno de
Don Evo también inspecciona aviones.
Pregunten a Brasil porque dice Don Evo que se ha enterado en estos días por los medios de comunicación del incidente del registro del avión
en el 2011 del ministro brasileño de Defensa Celso Amorim.
Ahora
es asunto de sacar a Snowden del aeropuerto de Moscú.
Y se
arma el tercer rebú.
Mientras
Venezuela, Bolivia y Nicaragua le ofrecen acogida, Snowden solicita formalmente
asilo a las autoridades rusas y Vladimir Putin dice “llegó sin invitación y no
somos su destino”.
¡Y
llegó el “chapulín”! Wikileaks arma la estrategia. Le llama el “vuelo de la libertad” y consiste
en acompañar a Snowden para convertirlos en escudos humanos. Por supuesto, esos acompañantes deberán ser de
relevancia mundial. Ya el actor John Cussack
ha confirmado su presencia.
Y
por supuesto el rebú mediático no podía
faltar.
Pero
bueno, ¿se podría saber cuál es el gobierno que no tiene un sistema de
inteligencia? Al parecer ahora es un asunto de libertad y transparencia en el espionaje.
¡!Anja!¿Y no se supone que son secretos?
Posiblemente
Cristina tenga razón cuando dice que están todos locos. Eso sí Cristina,
¡estamos, sin exclusiones!
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