lunes, 1 de julio de 2013

¿SEÑALES?


Violeta Yangüela
Decía el filósofo polaco Zygmant Bauman que el 2011 se recordará como el año de la movida.  “Saben de dónde corren pero no saben hacia donde corren, lo que se necesita hacer y quién puede hacerlo”.
El comienzo en Túnez del vendedor ambulante de frutas que se inmoló prendiéndose fuego encendió una chispa que algunos llamaron “la primavera árabe”.
Antes lo fue Chile por los costos en la educación y en recientes días Turquía y Brasil se convierten en los protagonistas de las noticias globales por las protestas y los pensadores   sociales  intentan descifrar no solo su implicación sino sus consecuencias. 
Algunas características podrían señalar coincidencias. En Turquía, se supone comienza por unos árboles y en Brasil se supone que por una subida del precio del transporte. Una pancarta en Turquía: “we all are Sao Paulo” y una pancarta en Brasil: “we all are Taksim”. Las pancartas en Brasil en oposición a los gastos deportivos con miras al Mundial del 2014  sorprenden por ser el país con cinco victorias en el campeonato mundial  de futbol.
Resulta que esos países están clasificados en los rankings mundiales como países económicamente exitosos.  Brasil forma parte de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sur África)  y Turquía forma parte de los CIVETS (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sur África) lo que supone que han logrado el crecimiento económico, la expansión de la clase media, la reducción de la pobreza, y la disminución del desempleo.
Otra de las características de las protestas es que no aparecen los líderes.  El uso de los  instrumentos digitales, ha creado una red a través de la cual la comunicación instantánea ofrece la oportunidad de la participación de los ciudadanos y las redes sociales se han convertido en la vía de comunicación colectiva.
Como nota al margen de las coincidencias,  resulta que de acuerdo a las informaciones del ministro de Comercio turco, en los últimos 12 años Turquía importó 628 toneladas de gas lacrimógeno y spray de pimienta sobre todo de Brasil y los Estados Unidos. El gas lacrimógeno fue utilizado en Turquía para controlar las protestas.
Algunos pensadores creen que los cambios  resquebrajan el orden político y las demandas crecen. Alvin Toffler en su libro el Shock del Futuro publicado a principios de la década de los años 70 dice “estamos creando una nueva sociedad. No una sociedad cambiada. No es una versión ampliada de nuestra sociedad presente.  Sino una nueva sociedad. Las normas sexuales saltan en pedazos. Grandes ciudades se ven paralizadas. Las alianzas internacionales vacilan. Los líderes políticos y financieros tiemblan en secreto al ver que todo el sistema se le está escapando de las manos”.
En la actualidad, dice Román Cendoya “Asistimos a la mayor transformación de la historia de la humanidad: el paso del homo sapiens al homo digitalis. Desde que el homo sapiens puso fin a una vida itinerante y comenzó a montar nuestra sociedad, no ha habido un momento de cambio tan brutal. Esto no es una crisis, esto es otra cosa.  En menos de 20 años tendremos la religión Apple, la religión de la manzana. El homo sapiens comenzó su andadura en la tierra con una manzana mordida y ahora el homo digitalis lo va a hacer con otra”.
Anthony Giddens califica el cambio que se ha producido en la esfera de lo privado en torno a la sexualidad, la igualdad sexual, la familia y las relaciones personales como una revolución global.
¿Son las protestas las señales de una revolución global de una nueva sociedad del homo  digitalis y/o emocionalis?

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