lunes, 30 de diciembre de 2013

EL DECÁLOGO Y EL LADRÓN

Violeta Yangüela
Cuentan que Moisés entendía que la ley era un asunto imprescindible.  Sin ley no podía existir la libertad. Por supuesto que se refería a la libertad del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto.  Así, después de los cuarenta días y cuarenta noches en el Monte Sinaí  trajo consigo la ley inscrita por mandato de su Dios.
 Son los Diez Mandamientos de la Religión Católica.
En ese Decálogo, se establecen los principios y normas para la convivencia terrenal en el cual, el no robarás  y no codiciarás los bienes ajenos se enlazan con el no consentimiento a    pensamientos ni deseos impuros y el no cometer actos impuros.    
Explicados  por Benedicto XVI el Decálogo del Sinaí es “un sí a un Dios que nos ama y nos guía y nos deja nuestra libertad entera, es un sí a la familia, a la vida, a un amor responsable, a la responsabilidad social y a la justicia, a la verdad, al respeto de los otros y de lo que le pertenece”.
Resulta que en Jaén, España, un ladrón entró en una casa y se llevó unos electrodomésticos.  Incluía en su robo  unas cintas de video y una cámara. Al parecer luego  del robo,  se sentó a disfrutar de sus posesiones de cámara y video y se encontró con tremenda sorpresa.
Se trataba de unas cintas grabadas que mostraban la violación de menores.  Llamó a la policía para informarle que había dejado las pruebas debajo de un coche junto a una nota que decía: “he tenido la desgracia de que han caído las cintas en mi mano y me veo en la obligación de presentarlas dejando que ustedes hagan su trabajo y puedan meter a ese… en la cárcel de por vida”.
Le agregaba la dirección del pederasta.
La policía ha detenido al agresor quien había denunciado unos días antes haber  sufrido un robo de electrodomésticos.  Por supuesto en su denuncia no incluía la cámara y las cintas de video.  El detenido trabajaba en unas instalaciones deportivas como entrenador de futbol.  
Dice el “decente” ladrón que ha tenido la “desgracia” de tener las cintas en sus manos. Por supuesto que no se identifica ni explica la manera que obtuvo las cintas.
Parecería que para el ladrón no todo es la ley, el todo es relativo. 
Es que una cosa es robar y otra cosa son los “actos impuros” sobre todo si se realizan con menores.
v.yanguela@codetel.net.do
 
 
 
 
 
 


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