lunes, 24 de febrero de 2014

¿DIVINAS?

Violeta Yangüela
Activistas de los derechos de gays y lesbianas de todo el mundo se han manifestado contra el gobierno de Vladimir Putin.  Los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi han sido el escenario propicio para la protesta global.
La campaña mundial con concentraciones en 19 ciudades ha tenido el objetivo de que las grandes empresas que patrocinan los Juegos se pronuncien públicamente en contra de las leyes de la homosexualidad en Rusia.
Esas leyes,  promulgadas el pasado año, penalizan la propaganda homosexual entre  menores y la prohibición de adopciones a las parejas del mismo sexo.
Una carta abierta firmada por más de 200 escritores e intelectuales de todo el mundo y  publicada por un diario británico pide al gobierno ruso derogar esas leyes.
En la reunión del Comité Olímpico Internacional  (COI) el secretario general de Naciones Unidos (ONU) Ban Ki-Moon dice que “todos debemos alzar nuestras voces contra los ataques a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales”. Es la primera vez que el secretario general de la ONU interviene en una asamblea del COI.
Google cambia su  logo con los colores del arcoíris en apoyo a la comunidad homosexual.
La declaración del patinador y abanderado español, Javier Fernández, que “pidió a los homosexuales que se corten un poco para no tener problemas con las autoridades rusas” ha ocupado al presidente del Observatorio contra  la Homofobia en Cataluña y exige al Comité Olímpico Internacional que desautorice esa declaración porque “avalan  la homofobia y atentan el espíritu y contenido de la carta olímpica”.  Agrega que tiene que pedir disculpas por “fomentar el odio y la discriminación”.
Mientras, Vladimir Putin aclara que no existe prohibición de las relaciones homosexuales sino sobre la propaganda homosexual.
Sin ninguna duda que el colectivo de  gays, lesbianas, bisexuales y transexuales ha logrado una excelente campaña de apoyo a favor de sus integrantes. Sus discursos, protestas y concentraciones han llenado  las páginas de los periódicos globales.
Parecería que el colectivo feminista global requiere de la asesoría de esas organizaciones para adquirir la maestría del manejo mediático y el apoyo de los líderes políticos,  intelectuales y empresas globales.
Las protestas contra las leyes en el mundo islámico contra la mujer, habría que también agregar contra las leyes de la homosexualidad, no cuentan con tan esplendoroso apoyo.
No hay protestas frente a las mezquitas. 
No hay pronunciamientos de escritores e intelectuales.
No hay declaraciones de los líderes globales para pedir la derogación de  las leyes en contra de los derechos de las mujeres del Islam.
¿Es que de verdad esas leyes son divinas?
v.yanguela@codetel.net.do
 
 
 


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