lunes, 17 de febrero de 2014

LOBO Y OVEJA

Violeta Yangüela
Dice la Declaración fundacional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) “reafirmar que la preservación de la democracia y de los valores democráticos, la vigencia de las instituciones y el Estado de Derecho, el compromiso con el respeto y la plena vigencia de todos los derechos humanos para todos, son objetivos esenciales de nuestros países”.
¿Valores democráticos?  ¿En Cuba?
La Declaración de la II Cumbre de la CELAC celebrada en Cuba parecería ser una carta a los Reyes Magos con el pedido de 83 deseos.  No se sabe aún si los mandatarios asistentes  han salido a buscar la hierba para los camellos. Lo que sí se sabe es que con la presencia de los mandatarios de las “democracias” iberoamericanas han legitimado la dictadura monárquica de más de 50 años de los Castro.
 En su preámbulo dice: “Fortalezcamos nuestras democracias y todos los derechos humanos para todos; demos mayores oportunidades a nuestra gente; construyamos sociedades más inclusivas; mejoremos nuestra productividad; estrechemos nuestro comercio; mejoremos nuestra infraestructura y conectividad y las redes necesarias que unan cada vez más a nuestros  pueblos; trabajemos por el desarrollo sostenible, por superar las desigualdades y por una más equitativa distribución de la riqueza, para que todas y todos sientan que la democracia les da sentido a sus vidas. Esa es la misión de la CELAC, esa es la tarea a la que hemos sido convocados y esa es la responsabilidad política que tenemos por delante y de la cual deberemos dar cuenta a nuestros pueblos”.
¿Derechos humanos para todos en Cuba?
En su libro  The Case for Democracy, The Power of Freedom to Overcome Tyrany and Terror, Natan Sharansky, apresado por traición en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y nueve años en la Gulag rusa, cuenta su historia a partir de la decisión de Stalin de convertir a los individuos de Homo Sapiens a Homo Sovieticus,
Relata que en su largo proceso de disidente y de prisionero descubrió la línea divisoria entre el mal y el bien.  Pero también ha comprendido una diferencia fundamental entre el mundo del miedo y el mundo de libertad.  En el primero el reto es encontrar la fortaleza para confrontar la maldad, en el segundo el reto es encontrar la claridad moral para ver la maldad.
Un mundo sin claridad moral es uno que aquellos que sueñan con la paz están dispuestos a poner al lobo y a la oveja en la misma jaula y esperar lo mejor una y otra vez. Un mundo sin claridad moral es un mundo en el cual los dictadores hablan de derechos humanos mientras asesinan a sus ciudadanos.
Un rayito de claridad moral para el chileno Sebastián Piñera.  Único mandatario en reunirse con la líder de las Damas de Blanco Berta Soler.
Dice Moisés Naim que un gobierno malo es aquel que sufre de necrofilia ideológica, el amor por las ideas muertas.
Parecería que los que padecen de necrofilia ideológica se hicieron presentes en Cuba.
v.yanguela@codetel.net.do
 


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