lunes, 25 de mayo de 2015

LA REUNIÓN

Violeta Yangüela
Los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar, Bahréin y Omán se reunieron con el presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama,  en Camp David.
Dicen que Arabia Saudita le hizo un desplante a Obama al enviar a su representante y no al rey sauditita. El rey Salman de Arabia y Hamad bin Isa al- Khalifa de Bahréin no asistieron.  Hamad participaba de una exhibición de caballos en el castillo de Windsor invitado por la reina Isabel II. Solo  Kuwait y Qatar estuvieron representados por sus jefes de Estado.
Se supone que el objetivo de la reunión era la reafirmación de la cooperación en defensa y seguridad con los aliados del golfo.   También se supone que la reunión tenía sus resquemores al realizarla días después del anuncio de un principio de acuerdo con Irán y su proyecto nuclear.
Parecería que esos miembros del Consejo interpretan ese posible acuerdo como una concesión de Estados Unidos y una amenaza para sus intereses. El final de las sanciones económicas impuestas a Irán con su posible acuerdo nuclear que mejoraría la economía  podría incrementar  la influencia de los chiitas en la región.
Por otra parte, ese posible acuerdo se realiza en momentos que la influencia de los chiitas de Irán incendian las protestas chiitas en Yemen, apoyan a la dinastía de Al Assad en Siria,  gobiernan en Irak y participan combatiendo con milicias chiitas desde Irak al Califato Islámico.
Cuentan los medios globales que Barack Obama, como dicen en Dominicana, “metió la pata” al referirse a las históricas relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita al hacer referencia de la larga relación entre ambos países al mencionar la famosa reunión entre Franklin Roosevelt y el rey Faisal en 1945.
En realidad se trataba del rey Abdul Azis bin Saud, no de Faisal.  Esa reunión se realizó a bordo del USS Quincy en la que según relata Eddy  William, Ministro Plenipotenciario para la ocasión e intérprete de esa reunión, Abdul Azis le dijo al presidente estadounidense: “utilizaremos su hierro pero usted dejará nuestra fe en paz”.
Aún hoy los sauditas siguen con los hierros que permitieron la explotación del petróleo y sin ninguna duda con su fe.  Siguen siendo útiles.
Con los hierros mantienen su influencia en los precios del oro negro, manera de ataque a la economía de Irán en su producción y venta del petróleo y por supuesto, su fe inquebrantable en los mandatos de Ala y su profeta.
A pesar de la oferta de Barack Obama de un programa intenso de cooperación militar entre los Estados Unidos y los países del golfo, incluyendo la asistencia para un programa regional de defensa de misiles iraníes, al final de la reunión dice el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Adel al Jubeir, que “su país dará la bienvenida al acuerdo que pueda impedir que Irán adquiera armas nucleares pero aún no está claro que el acuerdo final pueda conseguirlo”.
¿Acuerdo en el desacuerdo?
v.yanguela@codetel.net.do

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