Violeta
Yangüela
Dice
Sami Abu-Yusuf, el imán de una mezquita en Colonia que “las chicas tienen toda
la culpa, iban por las calles medio desnudas y utilizan perfumes”. Según los pronósticos del imán, “esto no es más
que el principio” y asegura que “es solo un ensayo general de lo que puede
ocurrir en toda Alemania”.
El
otro imán en Berlín es aún más directo y enfático. Dice el imán: “Como dijo Mahoma, “si un
hombre invita a su mujer a la cama y ella se niega y decide dormir, los ángeles
la maldecirán hasta que despierte”. Agrega
el imán, “la mujer debe permanecer en casa y dedicar su tiempo al cuidado de
sus hijos y de su hombre, debe cocinar, limpiar el piso, ordenar y preocuparse
de sus hijos y de su esposo, solo pueden abandonar el hogar si cuentan con el
consentimiento de su esposo”.
Como
consecuencia de las agresiones sexuales
ocurridas en Colonia y en otras 12 ciudades alemanas, varios locales de ocio han prohibido la
entrada a refugiados y colocado un cartel en su entrada que dice “discoteca
limpia de refugiados”. Por supuesto la
reacción de las autoridades ha sido asegurar que se cumpla con la ley que no
permite reservarse el derecho de admisión. Los empresarios responden que
necesitan “garantizar la seguridad de las mujeres”.
Austria,
además de limitar las concesiones de estatus de asilo a la mitad, amenaza a Grecia con la expulsión de Schengen
si no controla sus fronteras, David Cameron amenaza con deportar a los
inmigrantes musulmanes que no hablen
inglés, Finlandia investiga 15 ataques sexuales a mujeres en la noche de
Navidad, y se crea los “Soldados de Odin” para patrullar las calles contra “los
invasores musulmanes”, Dinamarca aprueba una ley que permite confiscar los
objetos de valor de los refugiados supriores a 1,300 euros para contribuir a
manutención, en Suiza la suma es de 914 y Suecia impone controles de pasaportes
en sus fronteras y expulsará a miles de solicitantes de asilo.
Dice
el primer ministro francés, Manuel Valls que “si Europa no es capaz de proteger
sus fronteras, se cuestionará la idea de Europa”. “Europa no puede hace frente al alto número
de refugiados que están llegando a sus fronteras”. Dice Valls, “estamos en guerra”.
¿Cuál
guerra? ¿Guerra contra los refugiados?
Mientras
los refugiados musulmanes son los protagonistas de los delitos en masa, el presidente de Irán, Hasan Rohani, visita
Italia incluida una cita con el papa Francisco. Oficialmente dicen que
conversaron sobre la lucha contra el terrorismo, el tráfico de armas, los
valores espirituales comunes y la importancia del diálogo interreligioso.
¡Amén!
Resulta
que las estatuas desnudas instaladas en el recorrido que el presidente iraní
hizo por los Museos Capitolinos de Roma fueron cubiertas con cajones blancos y
el vino ni ninguna bebida alcohólica fue servida en la cena oficial. La
religión islámica prohíbe la representación del cuerpo humano y el alcohol. El
presidente iraní afirma que no había pedido que se cubrieran las estatuas y
según fuentes oficiales se hizo en señal “de respeto a la cultura y la
sensibilidad iraní”.
Parecería
que la firma de contratos de Irán con Italia por 17,000 millones de euros es el precio de
la dignidad italiana.
Ya
están avisados los europeos. Ni perfume, ni ropa casi desnuda, las mujeres para
complacer al marido, ni vino, ni estatuas desnudas que eso ofende y perturba a
los seguidores del Islam.
¿La
Ilustración guardada en cajones blancos y la vuelta de la vieja Europa a la
Edad Media? v.yanguela@codetel.net.do
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