Violeta Yangüela
¡Y llegó Vladimir!
Después
de la quiebra financiera de 1998 y el cierre de los organismos internacionales
a préstamos, en el año 2000 Vladimir
Putin se convierte en presidente de Rusia.
Es reelecto en el 2004 por un segundo período. En el 2012 se postula
nuevamente y es elegido presidente.
A
su llegada al poder en el 2000 estableció tres
objetivos económicos bien claros: estabilidad, recuperación del crecimiento económico y
fortalecimiento de la moneda frente al dólar y para esas reformas llegaron los
“muchachos de Chicago” con la presencia de Armand Harberger como asesor de
Vladimir.
Decía
Vladimir: “por una década hemos pasado por devaluación, terapia de choque,
quiebra financiera, ahora sólo nos queda una sola idea y es una reforma a la
legislación para construir una real economía moderna. En éste mundo sin una real economía no se es
nada. Así es que de ahora en adelante
nos enfocaremos en la única línea que importa;
la línea del dinero”.
Además
de las reformas económicas llegó un nuevo código de procedimiento criminal
sustituyendo al del 1960. Para Vladimir “la puesta al dia de la sociedad rusa al nivel
de los países civilizados del mundo, poner el interés de los ciudadanos por encima
del interés del Estado y la implantación de la dictadura de la
ley”.
A partir
de modelos de códigos de Europa y de Estados Unidos, el nuevo código fue aprobado cumpliendo con el programa de reformas atado a la renegociación
con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de la deuda heredada de la ex- Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
En
su relación con Occidente decía que “en la época de la globalización debemos
abrir los mercados, si no, hoy es imposible desarrollarse”.
En la
actualidad es elegido por la Revista
Forbes por cuarto año consecutivo como el hombre más poderoso del mundo.
Parecería
que Vladimir se aprendió muy bien la lección de Deng Xiao Ping: “no importa que
el gato sea blanco o negro, lo que importa es que cace ratones”.
Y
evidentemente Vladimir ha salido a cazar. Sus imágenes cazando osos o tigres ya
lo habían anunciado.
Se ha
quedado con Crimea, le saca las castañas del fuego a Obama y su “línea roja”
con las armas químicas en Siria y se queda siendo el protagonista, y en la
actualidad elige al presidente de la nación que se supone es la más poderosa
del mundo.
Sin duda
es un buen cazador y no precisamente de ratones.
v.yanguela@codetel.net.do
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