lunes, 24 de julio de 2017

"NARICES"

                                          
Violeta Yangüela
Decía Simón Bolívar: “Con esta mezcla racial y este record moral, ¿podemos poner las leyes por encima de los lideres y los principios por encima de los hombres? Parecería que Iberoamérica sigue con la misma pregunta.
Para algunos, el enredo comienza en la cabeza por lo que a cabeza enredada, cuerpo enredado. También parecería que en Iberoamérica el enredo ocupa todo el cuerpo de la vida institucional.
A partir del sueño de Bolívar y su Gran Colombia, las colonias se repartieron la finca y así nacieron los estados naciones que hoy conforman la otra América.
Los fundadores de esos estados naciones fueron eliminados del proceso. Dos botones. José de San Martin murió en Francia y sus restos fueron trasladados a Buenos Aires 30 años después.  Juan Pablo Duarte, Padre de la Patria de los dominicanos muere en Venezuela y sus restos son trasladados ocho años después.
Desde México hasta la Patagonia, los caudillos y dictadores conforman unas repúblicas en la que el gobernante sustituiría con su autoritarismo las “supuestas” instituciones de esas Repúblicas.  La independencia de poderes y el respeto a la  Constitución se convierten en el juguete de los “jefes” de  los gobiernos.
El conflicto de “guerra fría” es el ingrediente por el cual comienzan a caer las dictaduras y se supone que se empieza un proceso de democratización con el requisito de la celebración de elecciones.  Solo requisito. Las instituciones que definen el sistema aún siguen manipuladas por los gobernantes de turno. 
Sin ninguna duda Venezuela es el mejor ejemplo.  Llegó el teniente coronel Hugo Chávez con su Socialismo del Siglo XXI, su guerra al mercado, sus expropiaciones, su inclusión social y su compra de “lealtades” a nivel global con el arma petrolera.  Se le acaba el arma y de ese proceso queda una Venezuela en la miseria económica, social y política.
En la actualidad, la oposición al régimen del heredero del teniente coronel, Nicolás Maduro, está dando un ejemplo.  En su protesta utiliza todos los mecanismos del sistema democrático para lograr sus objetivos.
Dice Maduro;  “No debo yo opinar ni meterme  en los asuntos internos de España, ni de Cataluña, la brava Cataluña. No me meto, pero tú, Mariano Rajoy, saca tus narices de Venezuela”. No se sabía que Mariano Rajoy tenía más de una nariz.
Parecería que lo que molesta a Maduro no es la nariz de Mariano Rajoy sino las “narices” de la comunidad internacional que al fin comienza a oler la podredumbre del gobierno de Nicolás Maduro.
 Por supuesto, con algunas excepciones.  
v.yanguela@codetel.net.do

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