Violeta
Yangüela
Se
supone que la Constitución es la ley fundamental de un Estado. En las naciones
iberoamericanas dura “menos que una cucaracha en gallinero”.
En
República Dominicana a la salida de las
tropas norteamericanas de la intervención de principios del siglo pasado, se
elige un presidente con la prohibición constitucional de la reelección. Horacio Vásquez, el electo presidente, dice
que no se reelegirá. En 1929 en un discurso dirigido a la nación acepta ser
reelegido y dice “el ineludible empeño de las circunstancias me impone hoy asumir una actitud que antes
pudo parecerme extraña, y que sin duda se opone a cierto fundamental concepto
que mantengo en lo que atañe a la necesidad y conveniencia de que el Jefe del
Estado sea reemplazado al terminar el período para que fue elegido”.
Casi 100 años
después, Danilo Medina es electo presidente y anuncia que no se reelegirá. En
el 2015 en un discurso a la nación, acepta su reelección y dice “es cierto que,
en varias ocasiones, no acepté discutir
la posibilidad de mi reelección. Pero es igual de cierto que he dicho muchas
veces, a lo largo de mi vida, que mi mayor compromiso es tener siempre el oído
en el corazón del pueblo. El fuerte deseo popular a favor de la enmienda para
la reelección me ayudó a superar este dilema”.
En la actualidad se
comienza a discutir una nueva reelección del presidente Danilo Medina.
En Bolivia el
presidente Evo Morales, en el poder desde 2006, ha logrado que el Tribunal Constitucional
Plurinacional le permita optar para una nueva reelección en el 2019 luego de
haber perdido un referéndum sobre su reelección en el 2016. Dice Evo Morales
que su reelección es “una aspiración del pueblo”.
La Constitución solo
permite una reelección consecutiva.
En Venezuela dice
el vicepresidente Tareck El Aissami que
“vamos a tener, Dios mediante, pueblo mediante, la reelección de nuestro
hermano Nicolás Maduro como presidente de la República y que un segundo mandato
de Maduro el gobierno consolidaría las victorias alcanzadas en 2017”.
En Ecuador, el asunto
es la polémica entre el ex presidente Rafael Correa y el presidente Lenín
Moreno. Durante el gobierno de Correa se aprobó la reelección indefinida. Ahora
el presidente Moreno quiere revertir el mandato constitucional de Correa.
A su regreso de Bélgica,
dice Correa que “ha vuelto para iniciar una segunda etapa de la revolución
ciudadana”. Acusa a Moreno de ser un
“impostor profesional”. La Dirección Nacional
de Alianza País destituyó a Moreno de la presidencia del partido.
Decía el presidente eterno de la República
Dominicana, Joaquín Balaguer, “la constitución es un pedazo de papel”.
Parecería que tenía razón.
v.yanguela@codetel.net.do
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