Violeta
Yangüela
En
el mundo de hoy que comienza a llamarse como la postmodernidad, algunos
filósofos y pensadores señalan el camino de esa transición y en consonancia con
ese pensamiento en 1966 se adoptó en Naciones Unidas el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales
que entró en vigor en diciembre de 1976, en el cual se compromete a las partes a “trabajar
para la concesión de los derechos económicos, sociales y culturales de
las personas incluido los derechos laborales, los derechos a la salud,
educación y un nivel de vida adecuado”.
Los derechos civiles y políticos son categorías aparte.
La lista se compone de 15 derechos económicos,
sociales y culturales incluyendo el “derecho a la protección de la moral y al
disfrute del progreso científico”. El Pacto no incluye el costo que implicaría
aplicar esos “derechos
Para
unos es asunto de derecha y de izquierda, para otros es asunto de minorías que
se convierten en mayoría (excepción de las mujeres que evidentemente
no son minorías) y ese argumento implica políticas públicas en consonancia con
cada grupo de esa coalición multiétnica y de los “géneros”.
Es
así como el multiculturalismo es el tema y debate de las naciones. En Europa la inmigración islámica provoca
conflictos, amenazas, asesinatos y declaraciones de los políticos en el
poder. En Estados Unidos, el tema de los indocumentados,
antes ilegales, ha sido y sigue siendo tema de campaña en busca de los votos.
Las
políticas públicas en referencia a las mujeres y su “derecho” a decidir lo que
hacen con su cuerpo implica la intervención del Estado en pago de facturas a
través del sector salud y por supuesto, sin dejar de mencionar la “igualdad”.
Los sindicatos requieren de los subsidios gubernamentales, los jóvenes al
parecer avizoran que la dependencia económica del Estado es el camino a
seguir, el colectivo gay quiere su
matrimonio y el voto racial de los negros.
Por
una parte, los demócratas, considerados como la izquierda norteamericana,
entienden el papel del Estado como el salvavidas y los republicanos,
considerados como la derecha, tienen como eje el individuo y la
responsabilidad personal.
Esas
diferencias se debaten en la actualidad con las medidas económicas para
afrontar las crisis. Unos entienden que el Estado debe “estimular” la economía
a través del gasto público y otros entienden que el camino es la austeridad y
el ahorro.
Parecería
que las minorías ya son mayorías y las políticas públicas se establecen en consonancia con las diferentes identidades grupales.
¿Un
éxito del Pacto de Naciones Unidas?
v.yanguela@codetel.net.do
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