martes, 31 de agosto de 2010

LOS BUENOS, LOS MALOS Y LOS FEOS




Violeta Yangüela

Las variadas teorías de los pensadores sociales han producido diferentes maneras y visiones para clasificar a los países. Así, se denominan de derecha, izquierda, estatistas, individualistas, fallidos, totalitarios, calientes, fríos, desarrollados, subdesarrollados y la lista continúa. Parecería que una nueva clasificación se adapta mejor a las circunstancias presentes: Los buenos, los malos y los feos. Los malos del mundo mundial son sin duda los Estados Unidos, los buenos son los europeos y los feos son los que aún viven en el totalitarismo sea divino o no.

Dentro de esa clasificación, ahora resulta que la Alemania de Merkel aplica política de derecha, es decir del bando de los malos y los Estados Unidos de Obama aplica política de izquierda, o sea, del bando de la buenitud. Mientras, el gobierno de Francia vende mansiones y castillos a fin de reducir su deuda. ¿Los feos? Esos no, esos ríen a carcajadas.

Por años la diferencia de “modelos” económicos de uno y otro ha sido no sólo tema de debate y discusión, sino de contradicciones y confrontaciones en sus políticas públicas. Por un lado el modelo de la nación estadounidense con la individualidad como eje y el modelo europeo con el colectivismo como eje, es decir, de las políticas sociales.

En el caso de los Estados Unidos, le llaman conservadurismo, de derecha, neo conservadurismo, neo-con, en el caso europeo le llaman Estado de Bienestar, de izquierda, social democracia, socialismo, economía social de mercado, progresismo, sin dejar de mencionar la propuesta del pensador inglés Anthony Giddens de la Tercera Vía que vendría a ser más o menos ni lo uno ni lo otro, ¿sino todo lo contrario?

Al parecer, y según reportan los estudiosos y los expertos de la economía la situación de ambas naciones difiere en sus resultados de las políticas económicas llevadas a cabo para enfrentar la crisis.

Dicen los que suman y restan que la economía de Alemania crecerá un 3.4% este año mientras que predicen que la economía de éste lado del charco sólo crecerá un 1% en la segunda mitad del 2010 y principios del 2011 frente al previsto de un 2.4%

Los números y cifras económicos parecerían querer aclarar el debate de los economistas, de los políticos y de los opinantes.

Para unos, en período de crisis en el que el gasto y el consumo se desploman, se hace necesario que el Estado ejerza de Chapulín con planes de estímulos, se aumenta el gasto público para incentivar y para aliviar la pérdida de empleo que se produce. También le llaman inyecciones, inorgánicos, o demanda inducida.

La forma más sofisticada de llamarle es el keynesianismo. El economista inglés, John Maynard Keynes, fue el defensor de esa idea. Su famosa frase de que “a largo plazo todos estaremos muertos” justifica las acciones de los Estados en rescate de la economía en tiempos de crisis a través de los estímulos. Es un asunto del aquí y del ahora.

Para otros, el mercado debe ocuparse de arreglar los entuertos de los excesos de deuda, los riesgos de quiebras deben ser asumidos por el sector privado sin la intervención del Estado y por supuesto, una política estatal de ahorro y austeridad.

Si se siente confundido, bienvenido al club: Confundid@s.org (¿No es así que se usa en el lenguaje políticamente correcto?)

v.yanguela@codetel.net.do

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