lunes, 19 de diciembre de 2011

CELAC

Violeta Yangüela
Dice un comentarista de los medios de comunicación globales que en América Latina se asoma  “un algo”  de satisfacción por el hecho de que no son los países iberoamericanos los que padecen problemas financieros y de endeudamiento, ni tampoco los que no saben salir del atolladero.  Agrega “lo ven con cierto disfrute” y cita al ex presidente español Felipe González al decir en octubre pasado que los maestritos que dieron lecciones en los años 80 sobre la crisis de la deuda, ahora no saben qué hacer con la crisis.
En el escenario de la inauguración del nacimiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que excluye a Estados Unidos, Canadá, España y Portugal, las señales de ese “algo” no dejaron de aflorar.
El teniente coronel de Venezuela, Hugo Chávez, afirma en su discurso que “los países de la región están poniendo la piedra fundamental para la unidad y la independencia suramericana”. Se supone que se trata de la independencia económica porque la otra independencia, la del Imperio Español,  se celebra con “bombos y platillos”.
Resulta que según las cifras de la Organización Mundial del Comercio (OMC) las exportaciones de América Latina a los Estados Unidos representan más del 60% y las exportaciones  dentro de la región de la CELAC solo alcanzan el 17%.  México y Venezuela lideran en porcentaje las exportaciones a USA y el petróleo y derivados suman el 20.8% del total. ¿Independencia económica?
Para el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, Iberoamérica tiene todo lo que el mundo necesita. Energía, agua y un inmenso potencial para producir alimentos por lo que las circunstancias mundiales nos están diciendo que ésta puede ser la década o el siglo de América Latina. ¿Y no se supone que el potencial siempre ha estado?
Pero también resulta que según el estudio del Banco Mundial ¿Dónde está la riqueza de las naciones? la riqueza se compone de tres elementos claves: el capital natural, que es al que se refiere el presidente colombiano, el segundo elemento es la producción (maquinas, infraestructura industrial, etc.) y  el tercero  se trata de lo que los teóricos llaman el capital social o riqueza intangible que implica valores, normas, educación, responsabilidad, honestidad, actitudes, instituciones.  De acuerdo al estudio éste último es el decisivo sencillamente porque es el que convierte el inmenso potencial  al que se refiere el presidente colombiano en la riqueza tangible.
¿Tiene Iberoamérica, además del inmenso potencial, el capital social  imprescindible para producir la riqueza tangible?
En una de las variables que define el capital social el Índice de Transparencia Internacional de la Percepción de la Corrupción del 2011, entre 10, percepción de ausencia de corrupción y 0, percepción de muy corrupto, solo Chile y Uruguay obtienen una puntuación de 7.2 y de 7.0 respectivamente. Los demás por debajo de cinco, siendo Venezuela  el más corrupto de los iberoamericanos  con una puntuación de 1.9.
Deepak Lal, profesor de la Universidad de California en el intento de entender cómo Argentina había logrado aumentar su oferta monetaria en un 80% en tan solo un mes, se lo preguntó al Gobernador del Banco Central Argentino y la respuesta no tiene desperdicio:  “tenemos una imprenta” .
Cuenta el profesor que una frase escuchada en su visita al país del tango pudo  explicarle la esquizofrenia colectiva que sufren los argentinos y cómo un país que a principios del siglo pasado estaba en la lista de los más prósperos, en la actualidad su economía es un tercio de la mexicana: “los argentinos son italianos que hablan español, viven como los franceses y quieren ser ingleses”.
¿Qué querrán ser los iberoamericanos? ¿Argentinos?
(Publicado 19 de diciembre 2011)



















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