Violeta
Yangüela
La
condición humana es la igualdad de los seres humanos sin importar raza,
religión, nacionalidades, “identidad sexual” y todo lo demás. Desde la
antigüedad los pensadores, religiosos y
filósofos, han intentado definir y explicar esa condición humana.
Posiblemente
“nada humano me es ajeno” lo simplifica.
Así
desde la prehistoria hasta nuestros días la búsqueda del castigo a los monstruos
y “monstricos” que afloran de esa
condición ha sido, primero religioso y su mejor ejemplo es Judas y sus treinta
monedas y luego en la modernidad con la implementación de la ley civil.
No
robarás en la ley religiosa es un pecado, en la ley civil es un crimen.
Recientemente los países congregados en la Cumbre de Lima
le dedicaron la reunión a dos temas fundamentales. La corrupción de gobiernos, organizaciones
públicas y privadas que llamaron el Compromiso de Lima y a Venezuela con la
Declaración de Venezuela.
Decía
el extinto presidente eterno dominicano, Joaquín Balaguer, que “la corrupción
se detiene en la puerta de mi despacho”. En Iberoamérica la corrupción de los
gobiernos y de las organizaciones públicas y privadas es el pan nuestro de cada
día y traspasa las puertas de los despachos.
En
la actualidad, algunos presidentes han sido condenados por corrupción y otros
acusados en espera de juicio y aún se escuchan las voces en defensa de los
condenados.
En
la ley civil es la justicia la que ordena el castigo y parecería que el gran
problema es el ejercicio y la aplicación de la ley. Es afrontar la debilidad institucional de la
mayoría de los países iberoamericanos.
Entre
los 57 puntos del Compromiso de Lima titulado Gobernabilidad Democrática frente
a la Corrupción se incluye las contrataciones públicas, lavado de activos,
financiación de campañas electorales, rendición de cuentas y fortalecimiento de
las medidas legislativas para tipificar plenamente los actos de corrupción.
¿Se
cumplirán?
La
Declaración de Venezuela implica el no reconocimiento de los resultados de las
elecciones presidenciales venezolanas del próximo 20 de mayo por no existir
“garantías” necesarias para un proceso libre, justo, transparente y democrático.
También
incluye ampliar y fortalecer las sanciones contra las autoridades chavistas, el
apoyo a la Asamblea Nacional y la asistencia humanitaria a través de las
Naciones Unidas entre otras medidas.
¿Se
cumplirán?
Parecería
que Montesquieu y su división de poderes
no se ha paseado por los predios iberoamericanos.
v.yanguela@codetel.net.do
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