Violeta
Yangüela
En
todo proceso de cambio en la bolita planetaria ha habido siempre un instrumento
que ha servido de punta de lanza en el proceso. Es el instrumento de la
comunicación.
Martin
Lutero hizo su reforma con el instrumento de la imprenta, invento que en
algunos casos fueron quemados y prohibidos.
En
la actualidad del Homo Sapiens llega el Homo Digitalis. Tomando prestadas las palabras
de Thomas Friedman, se podría definir
como “el pez grande no se come al chiquito, el más rápido se come al más lento”.
La velocidad se ha convertido en la característica de la posverdad.
Y
con el Homo Digitalis se crearon las redes sociales. Y llegó Facebook. Con más
de dos mil millones de usuarios se convierte en la manzana de la discordia. Se
supone que en las campañas y elecciones del mundo occidental, Facebook ha sido
el protagonista. La propaganda utilizada por los responsables de esas campañas
han utilizado las informaciones de los electores para influir en su votación.
El
escándalo en Estados Unidos en torno a Facebook y Cambridge Analytica por la
utilización de datos personales de 50 millones de usuarios en la campaña
presidencial ha llegado hasta el Congreso estadounidense.
El
Congreso, por tres comités distintos, incluyendo el judicial, ha pedido a Mark Zuckerberg que testifique
bajo juramento el uso político de miles de cuentas de usuarios.
Dice
el responsable de Facebook que “lo haré con gusto si es lo correcto. Lo que
procuramos hacer es enviar a la persona que tiene más conocimiento. Si se considera que ese yo soy, voy feliz”.
El
Reino Unido investiga si la filtración masiva de datos de Facebook benefició al
Brexit. Cambridge Analytica niega cualquier colaboración con el grupo
“Leave.eu”. También ha sido invitado por el Parlamento británico para explicar
la fuga de datos. Mark Zuckerberg ha
desestimado la invitación.
El
gobierno de Alemania pedirá explicación a Facebook para aclarar la protección
contra el uso por parte de terceros de
30 millones de usuarios alemanes.
Ante
la embestida de los políticos europeos y estadounidenses para la regularización
de su invento en el mundo digital, dice Zuckerberg que “no estoy seguro de si
debe hacerse, pero sí creo que la transparencia en la publicidad debería
regularse”.
Parecería
que ha llegado la revolución tecnológica que ha cambiado la economía, la
política y las relaciones personales.
La intimidad ha pasado a ser un asunto del
pasado y también parecería que Facebook es el instrumento.
v.yanguela@codetel.net.do
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