lunes, 12 de noviembre de 2018

PROMESAS Y ELECCIONES


Violeta Yangüela
La comunidad progresista mundial está estupefacta. Jair Bolsonaro ha ganando la presidencia en Brasil. Calificado como ultra derechista, machista, ex militar, homófogo y todo lo que se le pueda agregar, obtiene una mayoría de votos inimaginables en el país de Lula.
Brasil se une a la tendencia global de derrotar a las izquierdas y se agrega a los países que     cada  vez más la derecha irrumpe con votos en las elecciones regionales o presidenciales.
¿Razones?
Algunos le llaman populismo y es de derecha como consecuencia del declive en el que las elites políticas se encuentran en la cárcel o son acusadas por las prácticas corruptas,  la inseguridad ciudadana y la incertidumbre económica. Se agrega en algunos casos la amenaza de la inmigración.
Para algunos Brasil en el mejor ejemplo. De acuerdo a los que llevan las cuentas, en el 2017 hubo 64.000 homicidios, el ex presidente Lula está preso por corrupción y su heredera, Dilma Roussef  fue destituida por el Congreso.
En el 2015 el PBI brasileño se contrajo 3.8%, la mayor recesión en 25 años. La razón sostenida por el gobierno es la baja de los precios de las materias primas lo que provocó  una serie de medidas de cortes de gastos y más impuestos y por supuesto una pérdida de puestos de trabajo de 1.5 millones.
Y la corrupción hace su aparición. Odebrecht y Petrobras en el eje de la corrupción.
En su campaña electoral, el presiente electo prometió cambios en la conducción de la política económica y social de Brasil.
Entre otras propuestas, en educación quiere la enseñanza de Moral y Cívica, y dice que Brasil no puede ser un país de puertas abiertas por lo que se hace necesario reformar la ley de inmigración, propugna por una reforma a la tenencia de armas, la aplicación de la pena de muerte, contra el aborto y el no financiamiento a las organizaciones de derechos humanos.
Dice Thomas Friedman que es el Donald Trump brasileño y agrega que “no creo que Trump es bueno para América por lo que no será bueno para Brasil”.
Los seguidores del Donald Trump americano argumentan que las acciones y medidas tomadas desde su presidencia se corresponden con las promesas de su campaña electoral.
Para el Donald Trump brasileño habrá que esperar si Bolsonaro cumple con sus promesas electorales lo que en palabras de Friedman no será bueno para Brasil.
Está por verse.
v.yanguela@codetel.net.do







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