martes, 3 de julio de 2012

¿BARBAS EN REMOJO?


Violeta Yangüela

En abril del 2005, con el voto de 60 de los 62 congresistas presentes, el parlamento de Ecuador decidió sustituir de sus funciones al presidente constitucional Lucio Gutiérrez  por el incumplimiento del artículo 167 de la Constitución vigente en ese momento.

El presidente Gutiérrez  había emitido un decreto para remover el Tribunal Superior Electoral y la Corte Suprema y enfrentaba las protestas frente al palacio del gobierno exigiendo su renuncia.

El vicepresidente Alfredo Palacio es nombrado presidente y el actual presidente de Ecuador, Rafael Correa, asesor económico de la vice presidencia del gobierno de Gutiérrez, es nombrado ministro de Economía.

De acuerdo al informe de la Organización de Estados Americanos (OEA)  se establece que el detonante de la crisis se produjo por la remoción de los jueces de la Corte Suprema promovida por el presidente. Al mismo tiempo determinó que “la amplia mayoría de los juristas y constitucionalistas consultados consideraron que las medidas tomadas se ajustan a las disposiciones constitucionales”.

No hubo expulsión de Ecuador de la OEA y Lucio Gutiérrez sale de Ecuador de la Embajada de Brasil vestido de policía y pasamontaña acompañado del embajador brasileño también vestido de policía

En el 2009 Manuel Zelaya, presidente de Honduras promueve una consulta popular con el propósito de reformar la Constitución de manera que le permitiera su reelección a pesar de la prohibición establecida por la ley hondureña. El Tribunal Supremo Electoral, la Fiscalía General, la Corte Suprema y el Congreso  declaran ilegal la consulta presidencial. Zelaya insiste en la consulta y es sacado a la fuerza de su residencia cumpliendo órdenes del Tribunal Supremo.  Es detenido y expulsado del país. El presidente del Congreso Nacional, Roberto Micheletti es nombrado Presidente de Honduras.

La OEA con la aprobación de 33 votos a favor emite una resolución de suspender la pertenencia de Honduras a dicho organismo. En la actualidad Manuel Zelaya se encuentra en Tegucigalpa.

En el 2012 le toca al padrote de la Patria Fernando Lugo. Paraguay cuenta con el ejercicio de dos juicios políticos previos. Raúl Cubas, en 1999 y Luis González Macchi en 2003.

En total, 39 de los 43 senadores presentes votaron a favor de la destitución de su cargo de presidente de Paraguay. Dice el artículo constitucional 225: “Corresponderá a la Cámara de Senadores, por mayoría absoluta de dos tercios, juzgar en juicio público a los acusados por la Cámara de Diputados y, en caso, declararlos culpables, al sólo efecto de separarlos de sus cargos”. Dice Lugo que “es un golpe de Estado parlamentario en el que los argumentos para un juicio político no tienen ningún valor”. Fernando Lugo permanece en Paraguay.

El vicepresidente, ahora nuevo presidente, Federico Franco, afirma que “no ha habido un golpe de Estado en su país y si un respeto irrestricto a las leyes que permiten hacer un cambio cuando la situación se produce inviable”.  Toma prestadas las palabras del fundador de la patria dominicana, Juan Pablo Duarte, para decir “Paraguay es soberano, libre e independiente”.

Ahora le llaman golpe de Estado parlamentario.

¿Se puede saber para qué incluir en la Constitución el juicio político parlamentario de los presidentes electos? ¿No se supone que es el ejercicio del equilibrio de los tres poderes del sistema del estado republicano?

El rechazo a la decisión del Congreso de Paraguay de los gobiernos vecinos no se ha hecho esperar.

¿Acaso  son tiempos de poner las barbas de algunos de los presidentes vecinos en remojo?


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