Violeta
Yangüela
Dice
Paul Krugman que sin duda “a nadie la va bien, ni a los emergentes. Estados Unidos solo tiene un mejor escenario
por comparación con Europa. Mi tesis es
que hay dos problemas estructurales que atajar: uno es Europa que tiene una
moneda común, sin un gobierno común, y otro, Estados Unidos, donde uno de los
principales partidos está literalmente loco. (¿Serán los republicanos?) Y ésta
combinación hace que la recuperación sea muy difícil”. Agrega el economista
premiado, “si España no tiene éxito en esta crisis, el euro tampoco lo tendrá”.
Al
parecer el recorte versus crecimiento sigue siendo el debate económico-político
de las economías desarrolladas.
Para
algunos la causa de la crisis es el sector financiero y sus conductas inadecuadas. Para otros, posiblemente los menos, es el
despilfarro de los gobiernos. Por un lado, los gobiernos necesitan seguir
prestando los servicios que implican lo que llaman el Bienestar Social por lo
que se hace necesario incrementar el gasto para producir el crecimiento y
continuar prestando esos servicios sociales. Es decir, “estimular” la economía.
El
otro lado entiende imprescindible la austeridad del gasto público y en ese
debate salen a relucir las gastos innecesarios para el bienestar pero si necesarios
para los votos electorales.
Y
al parecer, es ahí donde el rabo le retuerce a la puerca.
Por
el otro lado, en las medidas que implican estimular la economía, según explica
Pedro Schwartz, en España, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, “buscó enderezar la caída del crecimiento con 1,200 millones
de euros en cheques-bebé, 5,000 millones de euros en devoluciones a los
contribuyentes por IRPF, 11,000 millones de plan E, 9,000 millones más para la
economía sostenible, incluida la renta de emancipación para jóvenes de 22 a 30
años de edad. El gasto total en estos renglones fue de 34,000 millones. El presidente Zapatero se jactó entonces de
que estos planes de estímulo equivalente al 2.3% del PIB, eran los mayores del
mundo occidental a excepción de los EEUU”.
Dice
Mario Monti, primer ministro italiano “estamos en un infierno económico”, Afirma
que “su país sigue un recorrido de guerra, guerra contra los extendidos
prejuicios sobre Italia, contra las cínicas infravaloraciones de nosotros
mismos, una guerra contra los efectos por inercia de decisiones del pasado y contra
vicios estructurales de nuestra economía”
El
señor Monti define las causas diciendo: “ejercicios profundos de concertación
social en el pasado con las partes sociales (¿querrá decir votos?) han generado
los males contra lo que combatimos y a causa de los cuales nuestros hijos y
nietos no encuentran fácilmente trabajo”.
Pero
como dice Krugman, Europa aún no tiene, al decir de Donald Rumsfeld, “un solo
número telefónico” y en Estados Unidos uno de los principales partidos
está “literalmente loco”.
¡Urgente! Se busca un
número telefónico y un psiquiatra.
v.yanguela@codetel.net.do
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