domingo, 2 de diciembre de 2012

¿OTROS BALCANES?


Violeta Yangüela
Parecería que en la actualidad Siria se encuentra inmersa en la misma división religiosa-territorial desde su conformación como estado-nación. Al mismo tiempo está en el medio de la eterna e incansable guerra entre los sunitas y chiitas por el poder único de la comunidad del Islam.
Damasco, la capital y la gloria del mundo islámico durante la dinastía Omeya, pierde su hegemonía con la revuelta chiita por el poder central de Islam. Se instala el poder en Bagdad.  Con la nueva autoridad Abasida comienza la fragmentación y la debilidad del poder, la llegada de los mongoles, los cruzados y finalmente el Imperio Otomano, Siria es incorporada a la unidad del Islam por los turcos.
A la caída del Imperio y el final de la Primera Guerra, la Gran Siria, bajo la tutela de Francia, es desmantelada en pedazos y se crean cuatro “territorios”.  La República de Siria, la República del Líbano, el Estado de los alauitas, antes nusayries, y el Gobierno de los drusos.
A la salida de los franceses, los alauitas y los drusos pierden su autonomía y son integrados juntos a los kurdos a la República de Siria.
Cuenta la historia que antes de firmarse el tratado entre Siria y Francia en 1936, llega una carta al Presidente del Consejo Francés en la que uno de sus firmantes es el abuelo del que hoy sustenta el poder en Sira.  El abuelo, Suleiman al-Assad, escribe a León Blum  y le plantea la cuestión de la integración de los drusos y alauitas en el Estado sirio francés y le  explica el por qué sería conveniente y sabio conservar una entidad alauita separada de la entidad de mayoría sunita.
Desde su independencia los conflictos internos y externos serían la variable permanente de su conformación como estado-nación. Dicen que en los primeros 25 años han tenido un golpe o un intento de golpe de estado de uno por año.  A lo interno su división de ciudades, (Latakia, región alauita fue el centro de la gobernación del Imperio Otomano) y de religión, (sunitas, cristianos, drusos, alauitas, ismalies o séptimos).  Dice un experto en el tema  que “cada sirio es de algún modo una minoría y cada minoría posee una psicología colectiva que convierte cada acción de su oponente en una amenaza a sus intereses o a su existencia.  Como resultado es un archipiélago de islas políticas”.
A lo externo, guerra con Israel, guerra en Líbano, alianza política con Egipto para formar la República Árabe Unida, la revolución iraní, la guerra Irak-Irán y las más recientes guerras del Golfo.
En 1970 llegó Hafez Assad, el hijo del abuelo que escribiera la carta y se entrona la dinastía de los Assad.  De la autonomía alauita que un día crearon los franceses, con Assad se adueñaron de la totalidad de Siria.  Dicen que solía decir que era el jefe del país, no del gobierno. Al llegar al poder, Siria tenía una población de seis millones de habitantes, en la actualidad son 22 millones, lo que quiere decir que 16 millones no conocen nada más que la dinastía de los Assad.
¿Fragmentación territorial-religiosa?
v.yanguela@codetel.net.do

No hay comentarios:

Publicar un comentario