5
de septiembre 2012
Violeta
Yangüela
Se
ha celebrado en Teherán la Cumbre del Movimiento de los Países no Alineados con
la presencia del secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon en la que el
nuevo presidente de Egipto, Muhammad Mursi, se convierte en el protagonista.
¿Países
no Alineados?
Cuentan
las informaciones de los medios globales que el Ayatola Ali Jamenei, líder
supremo de Irán comenzó su discurso saludando al Profeta y a sus descendientes
y Muhammad Mursi le respondió en su discurso saludando al Profeta y a sus
sucesores. El eterno conflicto del Islam definido en dos palabras.
Resulta
que para los chiitas, el Islam sunita es una desviación por razones de origen.
Los sunitas, que en tiempos modernos serían los burócratas que rodeaban al
Profeta, “heredan” el poder a la muerte
de Mahoma y se instala el Califato. Ese
Califato continuaría la conquista emprendida por Mahoma en la que el Irán
persa, se convertiría en árabe por religión y por lenguaje.Quiere decir que esos primeros Califas fueron unos usurpadores y traicionaron a Mahoma dejando a Ali, su primo y esposo de su hija Fátima, fuera del poder. La división del Islam entre sunitas, los sucesores, y chiitas, los descendientes, quedaría sellada para siempre.
Esa
división religiosa implica la pugna por el poder de la comunidad musulmana, la visión
de las relaciones internacionales y la estructura
del poder de los países del Islam en la que la religión santifica las políticas
públicas y privadas y a su vez la política sostiene la religión.
Para
los Ayatolas de Irán esas relaciones internacionales están fundamentadas en la destrucción de América, el Gran Satán, borrar a Israel del mapa y sin duda la negación del
Holocausto judío. Mahoma comienza su conquista con las masacres de las tres
tribus judías que habitaban en Medina,
territorio de lo que es hoy Arabia Saudita. “¡Oh los que creéis! No toméis a
judíos y cristianos por amigos, los unos son amigos de los otros. Quién de
vosotros los tome como amigos será uno de ellos”. ¡! Es que lo dice El Corán!!
En
el ámbito del poder en los países de la región, para los que algunos han
llamado la “primavera árabe” los Ayatolas le llaman el “renacer o un despertar
islámico”. Por supuesto un despertar
islámico chiita. Siempre y cuando ese despertar no ocurra en Siria. Irán apoya
el gobierno de Bashar Al Assad, pertenecientes a la secta alauita, un desprendimiento
del chiismo.
El
presidente de Egipto ha respondido diciendo que ese no es un “despertar”. Ese es un proceso por la
democracia y por la dignidad humana y no por razones estrictamente religiosas.Muhammad Mursi afirma que la protesta en Siria es una extensión de la primavera árabe y no una conspiración judía-americana como dice el líder de los iraníes. Le ha llamado al régimen de Assad “opresivo e ilegítimo” y muestra su apoyo a la oposición en Siria. Los delegados sirios abandonaron la sala en medio del discurso.
El
presidente egipcio propone que las cuatro potencias de la región, Turquía,
Arabia Saudí, Irán y Egipto convoquen a una conferencia con las partes en
conflicto en Siria, rebeldes y régimen, en la búsqueda de un plan de paz para
Siria.
¿Lo
logrará?
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