lunes, 22 de octubre de 2012

EL DESGUACE


 

13 de agosto de 2012

Violeta Yangüela

Parecería que los pesos argentinos tienen problemas y los dólares también.   Los pesos se siguen llamando igual en cambio los dólares, los del Imperio, han adquirido nuevos nombres.  Se supone que son verdes pero la creatividad de los del tango les llama blue (azules) que eso de mercado negro no es políticamente correcto.

Además una cosa es el dólar para exportar, otra para importar, otra es el dólar turístico, sin olvidar el dólar oficial.  Conseguirlo depende de algunas variables y de algunos intermediarios.  El arbolito es el que lleva el cliente al que está en la cueva.  Y en esa cueva   se  hace la transacción. El asunto de la cueva es importante porque se ha creado una unidad de perros amaestrados para la búsqueda de los billetes verdes, que no azules, y según cuentan, los perros están cumpliendo con su misión, donde ven dólares,  muerden.

Diría Kristina que el dólar sufre la enfermedad de “la importancia”. Por suerte en su rezo mañanero ella le pide a Dios su ayuda todos los días para evitar el contagio. Su fortuna en dólares la ha cambiado a pesos argentinos. Eso dice.

El problema de los pesos es otro asunto. Es asunto de soberanía.

Resulta que la empresa Compañía Valores Sudamericanos (CVS) tiene un contrato para producir 400 millones de billetes de la masa circulante que elabora la Casa de la Moneda. Según dice  Mariano Obarrio del periódico La Nación de Argentina, en 2003, el ex presidente Eduardo Duhalde le quitó la exclusividad de imprimir papeles de seguridad a la Casa de Moneda.

En la actualidad, el Estado la expropia y al decir del Ministro de Economía, Hernán Lorenzino, “una vez se compensen las deudas que esa empresa tenía con la AFIP no le costará un centavo al Estado argentino”.  Agrega que es “el primer paso en el objetivo de asumir la soberanía del Estado en la impresión de su papel moneda y en la reversión de una historia que tenía que ver con un plan sistemático para desguazar la Casa de la Moneda”

O sea que la compañía no pagaba impuestos lo que se correspondía con ser la  propietaria de la soberanía del papel moneda argentino y además incluía un plan de desguace de la Casa de la Moneda.

Y sin duda que la soberanía es un asunto que preocupa a los líderes de la región.

En mayo del 2007 Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay y Venezuela firmaron lo que se llamó la Declaración de Quito.

Decía el presidente ecuatoriano Rafael Correa en esa oportunidad que “la idea de crear un Fondo Monetario Regional sirva para financiar a los países para estabilizar los presupuestos y que sea el preámbulo para un futuro Banco Central para el dia en que toda la región tenga una moneda única”.

Pero resulta que la moneda de Ecuador es el billete verde  (que no, que es azul) y al momento de la dolarización el cambio era de 25,000 sucres por dólar.

En honor al desaparecido sucre ecuatoriano, la moneda única sería llamada el sucre Iberoamericano. Sin duda que esa moneda única terminaría con los arbolitos, las cuevas y con la “importancia” de los blue en Argentina.  Por supuesto, también con el desguace de la Casa de la Moneda. ¿Desguace de los perros también?

v.yanguela@codetel.net.do

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