lunes, 22 de octubre de 2012

EL BALCÓN



27 de agosto de 2012

Violeta Yangüela

El Reino Unido aprueba la extradición a Suecia del australiano Julian Assange para responder a una acusación de delito sexual según las normas legales suecas.  Antes de ser extraditado el señor Assange se refugia en la Embajada de Ecuador en Londres en violación a los términos de la fianza que se le concedió mientras esperaba una decisión definitiva sobre su extradición.  El Reino Unido se niega a otorgar el salvoconducto y no reconoce la figura de “asilo diplomático” que Ecuador le otorgó a Assange.

Es el preámbulo de la película. El reparto se amplía y lo que se supone un delito sexual se convierte en el  héroe de la libertad de expresión. Los argumentos no faltan, sobran.

Assange se asila en la Embajada de Ecuador porque supuestamente Estados Unidos pediría la extradición a Suecia debido a la filtración por parte de Wikileaks de información secreta y él no ha recibido garantías de Reino Unido ni de Suecia de que no será extraditado a USA. Es un asunto preventivo.

¿Por qué Estados Unidos no solicitó la extradición de Assange mientras permanecía en el Reino Unido? El gobierno sueco afirma que no extraditará a Assange a USA sí existe riesgo de que sea  condenado a muerte.

Mientras, el reparto se amplía y surgen nuevos personajes. Rafael Correa se convierte en abanderado de la libertad de expresión acompañado del salvador de almas, el ex juez español Baltasar Garzón.

El primero, en conflicto de libertad de expresión en su país con los medios de comunicación, incluyendo el ex jefe de la sección de opinión del diario El Universo, Emilio Aparicio, obligado a pedir asilo político a USA tras su condena junto a los tres principales directivos, los hermanos Carlos, César y Nicolás Pérez a tres años de cárcel y a un pago de 40 millones de dólares. Otro caso fue el de los periodistas Juan Carlos Calderón y Cristina Zurita, que fueron condenados a pagar a Correa una millonaria indemnización 1,5 millones de euros por supuestos daños morales relacionados a la publicación del libro El Gran Hermano. Se trata del hermano del presidente.

Dice Diego Cornejo, director de la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos (AEDEP) que  "de alguna manera el Gobierno ecuatoriano está usando la figura del señor Assange, la celebridad de este personaje, para recomponer o reparar la imagen del presidente  Correa en el exterior".

Rafael Correa integra nuevos actores a la causa de la libertad de expresión y por supuesto el teniente coronel de Venezuela no puede quedar fuera del protagonismo mundial.

El segundo,  a pesar de su imagen global del juez justo, ha sido condenado por la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia por ordenar la interceptación de todas las conversaciones que sostenían en prisión  los imputados en un caso de corrupción, en violación al derecho de la defensa. O sea, un juez que viola la ley. Garzón dice que recurrirá al Tribunal Internacional de Justicia.

Julian Assange, el protagonista principal, el que se resiste a ser transparente de su cuenta millonaria de lo que recibe en donaciones, exigiendo la transparencia,  aparece en el balcón de la Embajada de Ecuador y le pide a Barack Obama que renuncie a su caza de brujas contra Wikileaks.

Parecería que será una serie. Las películas suelen tener un final feliz.  Apunta a convertirse en  telenovela. En España le dicen culebrón.

v.yanguela@codetel.net.do

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